Seguramente en estos momentos no hay políticos con mayor tensión y atención en el país que los senadores de la República, específicamente los del bloque opositor antimorenistas, quienes habrán de decidir en las próximas horas el proceso de muchas cosas, como su propio destino si podrán continuar con su lucha opositora y, en consecuencia, la posibilidad de competir el 2023 y el 2024, y no se diga si se consolida desde ahora o no la 4T en el país.
De ese tamaño son las responsabilidades que pesan sobre sus hombros, donde se verá si son capaces de sostener una lucha, para muchos incipiente e incierta, como es la de encabezar la oposición, tanto que este paso será decisivo.
Es cierto que mañana jueves la vida seguirá, pero sabremos si la lucha de muchos mexicanos, millones, habrá fructificado o serán enterrados y a esperar quién sabe cuánto, otro tiempo, otras circunstancias y otros actores.
Yo no sé, pero seguro que habrán existido antes momentos históricos como este, donde, como decían los viejos marxistas, “hay días en que se condensan años” y ahora, todos los presentes, debemos sentirnos afortunados de vivir momentos así, porque estamos seguros que habrá un salto, pero no sabemos si será para adelante o para atrás.
MORENA, sus operadores y su líder máximo, el presidente López Obrador, han trabajado con desesperada pasión ante la brevedad del tiempo que le resta a este sexenio, que no han reparado en nada. Violaron leyes, traicionaron su ideología y su discurso político, vendieron su alma al diablo y no les importa arrollar al que sea, se han preparado parpa todo y son temibles.
Y lo son tanto que poco más de 50 senadores en los últimos días, la mayoría ha temblado y están sacudidos por la decisión que tomarán y los pasos que seguirán.
Los opositores PAN, MC, PRD y senadores del PRI, harán historia el día de hoy, buena o mala, pero la harán y cargarán las consecuencias de ello. Si son por lo que han venido bregando, vendrán días de muchos mayores esfuerzos y trabajos. Si claudican vendrán años de escarnio y sobrevivirán con el estigma los años que les quedan.
Si son capaces de contener a AMLO, MORENA y la 4T, vendrán momentos de euforia social, quizá como la que el propio AMLO y todos ellos vivieron el 2018, porque les habrá infringido una derrota que muy probablemente empezará a inclinar la balanza política a favor del bloque opositor, que quizás resulte irreversible.
Los tiempos del país son muy difíciles y tan complejos, que por eso importa derrotar a AMLO y MORENA, porque es indispensable que prevalezca la pluralidad, contener el poder absolutista de la presidencia del país, mantener la esperanza en la división de poderes y preservar el sistema electoral democrático que tenemos, se trata de darle viabilidad a un sistema de mayores libertades y soluciones a la vida social, con la participación de todos, que seguro llegarán más rápido y serán más eficaces. Ya veremos.
