De acuerdo con el Consejo Nacional de Alimentos Balanceados y Nutrición Animal (Conafab), la tendencia de crecimiento registrada en los últimos cuatro años previos a la pandemia estaba en un promedio del 4 por ciento y para 2020 fue del 3 por ciento.
«El año pasado tuvimos un 3 por ciento de crecimiento y estamos arrancando (este primer bimestre) con un 2 por ciento. Nuestros pronósticos para este año, esperamos crecer otra vez al 3 o 3.5 por ciento, pero depende de que se controle la pandemia y se reactiven las actividades», comentó Genaro Bernal, director general del Consejo.
Apuntó que la desaceleración percibida tiene que ver con el aumento de los costos de los insumos para la producción de alimentos pecuarios, pues de los 4 mil 438 pesos por tonelada que costaba el maíz amarillo en enero de 2020, subió 40 por ciento y se ubicó en 6 mil 206 pesos.
En el caso de la pasta de soya se disparó un 50 por ciento de 6 mil 963 pesos a 10 mil 400 pesos por tonelada.
«Con estos dos ingredientes, casi haces el 60 o 70 por ciento del costo de la producción, sí impactan fuertemente los costos», señaló.
De acuerdo con Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), los precios de los granos y oleaginosas han ido al alza este año debido al clima adverso en algunas zonas de Estados Unidos, Europa y Sudamérica, que han bajado los estimados de producción.
También la fuerte demanda de China, ante los altos precios en su mercado.
Sin embargo, pese a esta circunstancia, México subió al quinto puesto como productor de alimentos balanceados, por encima de España y Rusia, con una producción de 37 mil 600 millones de toneladas métricas con un valor de 12 mil 100 millones de dólares, según la última edición de la Encuesta Global sobre Alimento Balanceado de Alltech 2021.