El papa Francisco inauguró formalmente este martes el Año Santo 2025, reviviendo una antigua tradición eclesiástica que anima a los fieles a peregrinar a Roma.
Al inicio de la misa de la Víspera de Navidad, Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, que permanecerá abierta durante todo el año para permitir el paso de los aproximadamente 32 millones de peregrinos que se prevé que visitarán Roma.
El primer Año Santo se convocó en 1300 y en tiempos recientes generalmente se celebran cada 25 a 50 años. Los peregrinos que participan pueden obtener “indulgencias”.
Según las normas emitidas para el Jubileo de 2025, los católicos pueden obtener una indulgencia si:
Realizan una peregrinación piadosa, participando en Misas y otros sacramentos, en cualquiera de las cuatro basílicas papales en Roma o en Tierra Santa, u otros sitios sagrados del Jubileo.
Participan en obras de caridad, misericordia o penitencia, como visitar a prisioneros, enfermos o ancianos o realizar obras corporales de misericordia.
Se abstienen, en un espíritu de penitencia, al menos un día de la semana de “distracciones fútiles”, como las redes sociales, o de “consumo superfluo”, como el ayuno; o donando la suma proporcional a los pobres o para ayudar a los migrantes.
