Ante la proximidad de las lluvias en Sinaloa y el inminente riesgo de inundación que hay ante el pronóstico de varios huracanes para el Océano Pacífico, las autoridades han empezado a hacer trabajos en los drenes de Culiacán, como es el caso del Dren Bacurimí, el cual se ha convertido en el enemigo número uno del sector Villas del Río y Valle Alto. El tema es que inician esos trabajos, tanto el estado, Ayuntamiento y particulares ya iniciada la temporada de huracanes, cuando tuvieron seis meses de gracia y no se hizo nada. Tenemos entendido que se empezará a la altura de la zona conocida como Álamo Grande a fin de re encausar el agua al río y ampliar al doble la caja del mismo. La pregunta es ¿por qué se hace arrancada la temporada de lluvias y menos de dos meses de las primeras precipitaciones importantes que se presentan en Culiacán? Para este año se pronostican 24 ciclones para el Pacífico, y quizá una temporada aún más agresiva que la de los años anteriores, al menos así lo alertan especialistas de la UNAM. Ya veremos si el tiempo alcanza o si los habitantes tendrán que pagar con sus pertenencias esta dejadez.
Desatinos de Paola.
A la que parece que le gana el desespero y el mal tacto, es la priista Paola Gárate Valenzuela. Son de las pocas mujeres que el gobernador Quirino Ordaz Coppel les dio la oportunidad de regresar al servicio público, después de la paliza que le dieron en la pasada elección para diputada. Parece que a la actual directora del Centro Estatal de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, con Participación Ciudadana, dependencia del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, no le importa el qué dirán o ha de creer que por ser presidenta de un instituto de formación priista, no se ve mal que vaya a actos partidistas como el del viernes en la colonia 21 de Marzo, al que asistió el presidente del PRI, Jesús Valdés Palazuelos.
A todos los demás funcionarios de ese nivel se les ha visto respetando su jerarquía y la confianza depositada por el gobernador. A ningún otro funcionario que regresó al Gobierno se ha visto haciendo actos de partido de lunes a viernes, sino haciendo actividades en favor de la población, para lo cual se les paga. Parece que a la ex candidata Gárate le sigue ganando el desespero y su inmadurez política.
¿O acaso se le hará poca cosa el cargo público que le dio el gobernador Quirino?
El alcalde gris.
Llama poderosamente la atención que a casi siete meses de su administración, el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro no ha iniciado ninguna obra de impacto. No ha entregado apoyos sociales, menos ha contribuido de forma clara al desarrollo de la sociedad. Y qué decir del servicio de recolección de basura, el cual lo tiene hundido. Podrá no tener dinero para obras grandes, pero no puede dejar sin un servicio tan elemental a la población. Presumir que hará de la ciudad capital el municipio más limpio, es una falacia que no se ha creído ni él. Basta con recorrer las calles de las colonias de la ciudad para verlo. Ahora que se ha desactivado la huelga, ¿qué nombre le pondrá a su ineptitud y a la de sus colaboradores?
Tan grande ha sido su arrogancia, que incluso Estrada ve con malos ojos a cualquier particular que apoya de manera desinteresada cualquier tema público. Han surgido casos del deporte, en donde ha amenazado con quitar el control a los administradores de canchas si siguen aceptando apoyos privados. La pregunta es entonces: ¿por qué si no ayuda, mejor no estorba?
Sin caer el último out.
Como lo decíamos en la entrega anterior, el tiempo se le está acabando al Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado (Stase). Está por acabar mayo, y no se ha cerrado la negociación al incremento salarial, prestaciones y plazas autorizadas.
Nos enteramos que esta semana seguirán las reuniones de los líderes encabezados por el secretario general, Gabriel Ballardo Valdez y el secretario de Finanzas, Carlos Gerardo Ortega Carricarte. El último de los acuerdos se cerró con un incremento de seis por ciento al sueldo y dos a prestaciones, pero sigue sin caer el último out. ¿Cuántas reuniones más faltarán?
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