JEF: la crónica de un alcalde bronco

    Foto perfil El Reflector

    Quienes lo vieron, no daban crédito.

    Una escena hasta cierto punto, increíble. El alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, buscando pleito. Sí, pleito contra un ciudadano común, como lo lee.

    El incidente fue el domingo pasado. Era la tarde. Nos comentan que como las 17:00 horas. Fue en la plaza Forum, en la capital sinaloense.

    Era el área de estacionamiento techado por el bulevar Diego Valadés o Malecón Nuevo, cerca de uno de los accesos a conocida tienda departamental en la plaza. El titular del Ayuntamiento iba en su Chevrolet Suburban blanca. Él conducía.

    Al parecer el presidente municipal buscaba dónde estacionar su camioneta para descender a la plaza. Familias que presenciaron el hecho narraron lo visto a El Reflector.

    Lo increíble fue ver cómo el funcionario se puso al “tú por tú” contra un automovilista que circulaba con su familia en esta área, y que también, buscaba un cajón.

    Cuando la familia vio a una pareja que llegó a su auto, entonces se acercaron y colocaron las intermitentes del auto para esperar esta saliera. Cuentan que el presidente llegó a velocidad inmoderada poco segundos después, queriendo ocupar el lugar, y se colocó atrás del auto compacto de la familia que ya esperaba el cajón.

    Echó literalmente la imponente camioneta a la familia. Dio contantes acelerones a la Suburban último modelo. Tal cual una actitud intimidatoria, para que se quitaran o se hicieran a un lado. Así permaneció por algún momento, lo que atemorizó a presentes que caminaban por la zona.

    “Yo vi que la Suburban se detuvo bruscamente atrás de un carro y a su vez aceleraba como dando picones”, narra un testigo.

    Cuando no vio respuesta, entonces de forma acelerada sacó la vuelta al carro patinando llantas y se frenó bruscamente a un costado del auto de la familia, como buscando pleito. Así se quedó por un momento.

    Quienes vieron la escena pensaron lo peor, incluso que era una persona armada y que se bajaría del carro con arma en mano.

    Pasado unos segundos el presidente entonces aceleró a toda velocidad rechinando las llantas con 20” de la Suburban sobre el pavimento, y se perdió entre los carros.

    Quienes lo cuentan, vieron al alcalde molesto, tratando de intimidar a una familia.

    Parece que el abogado sigue dando muestras de poca tolerancia, y no sólo sobre quienes lo critican, sino sobre ciudadanos comunes. Entonces aquí surgen preguntas:

    ¿Había visto usted antes algún funcionario con dicha actitud?; ¿Es normal que un presidente municipal adopte esta conducta por ganar un simple cajón de estacionamiento?; Si un servidor de ese nivel da más temor más que confianza, ¿entonces quién cuida a la población? Pareciera que el alcalde no ha entendido que en su puesto se hace política y que está donde está, por el voto popular. Juzgue usted.

    Expulsan al líder de la FAS.

    Y hablando de abogados, como es bien sabido, la Federación de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados de Sinaloa, está dividida. Fraccionada en dos alas, digamos.

    Nos cuentan que luego de una serie de pugnas al interior de una de estas alas, quien fuera presidente, Julio Sergio Alvarado Andrade, fue expulsado drasticamente. Según, lo presidentes de los colegios de las tres zonas, se reunieron en una sesión extraordinaria en conocido restaurante de Culiacán, y acordaron correr al abogado en fast track.

    Parece que con esta decisión que han tomado los litigantes, la grilla se volvió al rojo vivo otra vez al interior de los colegios de abogados.

    Por cierto, Alvarado Andrade también es integrante del colegio de abogados Mariano Otero, instituto que recientemente reconoció al fiscal general, Juan José Ríos Estavillo, como abogado del año. Así las cosas.

    Aunque no nos supieron dar detalles de las razones, lo cierto es que la remoción del abogado sucedió un día después en que Alvarado Andrade le dio un reconocimiento al primer fiscal como Abogado del Año. Saque usted las conclusiones. Hay víbora en el agua.

    Sin dinero.

    La cierto es que la falta de recursos de la federación a los estados, mediante partidas especiales para programas de integración social, ha metido en aprietos a los estados. Esta semana el secretario de Desarrollo Social, Ricardo Madrid Pérez reconocía la falta de 42 millones en las cuentas concentradoras del estado para fines tan simples como tener guarderías infantiles y la colocación de un piso firme para una familia que aún tiene tierra dentro de su casa. Pero son los únicos programas afectados, sino también a los jornaleros agrícolas, entre otros muchos.

    El abogado confesó que ya ha estado buscando una reunión con la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores González para dimensionar la cancelación de los programas que eran de ayuda para las personas que menos tienen, y que los gobiernos ya se había acostumbrado a ejercer.

    Lo cierto es que la petición del joven funcionario no ha logrado hacer eco en las oficinas de la Secretaría de Bienestar ubicadas en Reforma, en la capital del país. El joven funcionario tiene que tocar la puerta más fuerte si quiere lo escuchen.

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