Jesús Estrada, presidente municipal de Culiacán, ha sido un personaje político muy controvertido, tanto que cualquier contradicción la traslada al terreno personal, sin advertir que encabeza una institución, que gobierna el municipio más grande de Sinaloa y que los intereses de la sociedad culiacanense son primordiales en su desempeño.
El alcalde ha sido reiterativo en los más de tres años que lleva en el cargo, tanto que su fama personal ha trascendido las fronteras de Sinaloa, más que por su desempeño eficaz, por sus controversias, desdenes y confrontaciones, en las que ha habido de todo, sin importarle signo, color o sexo, simplemente ha arremetido con todo y con todos.
No es normal una conducta semejante, del que ha dicho el gobernador Rubén Rocha que es “un poco batalloso”, pero ese no es el problema, porque al final todo mundo lo es, el problema es que no rinde los resultados más apropiados para la sociedad y desperdiciando tiempo, aliados y oportunidades.
A tanto ha llegado Jesús Estrada que no le importó el decreto de reforma a la Ley de Agua Potable del estado, para establecer el 50% de descuento a los adultos mayores en el mes de enero, pues el día 4 de febrero reunión al consejo de la junta de agua potable de Culiacán, su máximo órgano de gobierno, para que resolviera que no harán el descuento a los adultos mayores, reunión que presidió en su carácter de presidente municipal.
El desafío del presidente de Culiacán solo puede ser considerado como un acto de soberbia política, porque sabe perfectamente cuáles son los procedimientos legales para inconformarse ante un decreto del congreso del estado y en dónde lo debe hacer.
El presidente es abogado, conoce de leyes y sabe perfectamente que el acuerdo del consejo de JAPAC no puede anular el decreto del congreso del estado, y si eso no fuera suficiente, el diputado Feliciano Castro le recuerda los argumentos sobre lo que el congreso del estado votó dicho decreto de reforma a la Ley de Agua Potable de Sinaloa, “es una medida de justicia social”, y que no se trataba de ninguna resolución en contra de la junta de agua de Culiacán, “es un decreto para todos los municipios”, argumentando para tal medida el presidente Jesús Estrada que “no pueden esta jugando al gato y al ratón”, como si fuera el trabajo del congreso su desempeño “a la carta”.
Jesús Estrada Ferreiro ha sido un político muy afortunado, que tocó la mano de AMLO y por obra y gracia de eso no solo ganó el 2018, sino que el 2021 fue reelecto, poder adquirido con el que ha jugado y ha perdido tiempo en el gobierno de Culiacán, donde lo peor es el daño que ha provocado a la sociedad, como si lo mereciera.