Julio Berdegué en Sinaloa

    Foto: FAO

    Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura en el gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum, estará hoy lunes aquí en Sinaloa no solo para medir el agua a la presa, sino como también valorar las próximas cosechas de granos (frijol, trigo, garbanzo y maíz) y porque no, palpar el ambiente político para empezar a construir su plataforma para la sucesión de Rubén Rocha, ya sea para él o interpósita persona.

    Habrá de todo pues en la gira del secretario de Agricultura, incluso, los anuncios para el sector agropecuario que realizó ayer domingo la presidenta Claudia Sheinbaum en su primer informe de los “cien días”, en el contexto del “Foro de Desarrollo Sustentable” que se llevará a cabo hoy lunes a las frías 8:30 de la mañana, como parte del Plan Nacional de Desarrollo que por mandato de ley deberá presentar por allá antes del mes de mayo la presidenta de la Republica para su gobierno 2024-2030.

    Quien sabe que diagnostico presente el secretario Berdegué Sacristán sobre el desorden y desastre que es el gobierno de López Obrador en el sector rural, pero lo que sé, que es seguro es que los productores sinaloenses que se den cita al encuentro, los pondrán sobre la mesa de discusiones y harán sus propuestas para Sinaloa.

    Además de desaparecer 20 programas de apoyo que existían para el sector agropecuario nacional, el robo gigantesco que hizo la 4T en SEGALMEX, desaparecer la Financiera Rural, prácticamente la única banca para el desarrollo del campo, con un cumulo de programas de apoyos específicos, en mecanización, comercialización, cultivos e infraestructura para la modernización del sector.

    El gobierno de la 4T para el sector del campo mexicano, resultó peor que “la termita” cuando invade los hogares y corroen todo, algo así paso con los productores agropecuarios, que sus problemas se agudizaran al extremo de la quiebra para muchos y sus problemas estructurales se agudizaron.

    De por sí, las condiciones de competitividad cada vez eran peores con los productores de granos, ganado, camarón y aguacate por ejemplo, estos se agudizaron con los retiros de apoyos en precios de comercialización, insumos baratos, inocuidad y certificados de origen, lo mismo que acuerdos comerciales de carácter político como el que firmo AMLO con Ecuador que ha golpeado severamente la producción camaronicola del país.

    El almacenamiento y manejo del agua que ya se convirtió en problema nacional por la sequía que azota al país, pero que no se reparó en fallas tan graves como convertir a CONAGUA en un aparato burocrático-administrativo y lo redujo tanto, que se olvidó que el agua es factor estratégico para el país y ahora sometido a los riesgos del cambio climático.

    Eliminar programas de estímulo y modernización agrícola fueron gravísimos errores que estancaron la productividad al no elevar la productividad, ni mejorar el ahorro y disminución de costos de producción.

    Hoy se viven momentos que expresan la gravedad de esos errores de la 4T en políticas públicas para el sector agropecuario, que junto a los golpes de la naturaleza, que cobra el daño causado, la sequia a llegado al parecer ya como un problema permanente que ojala nos haga recapacitar a todos sobre la depredadora contaminación que ha producido este cambio climático y México pueda ser factor de apoyo para detener esa carrera hacia el fin de la humanidad.

    Y en tercer lugar como problema estructural, esta el de los precios de la producción, que cada ciclo agrícola los productores son los más afectados y los que ganan son los comercializadores e industriales, precisamente por su capacidad de especulación, a lo que el gobierno no se le ocurre ninguna solución de fondo, cuando existe un esquema tan sencillo, que al productor se le garantice costos y ganancias.

    ¿Cómo le hace el gobierno para eso? ¡Ese es su problema! Pero no puede seguir siendo el trabajador del campo el que pierda año con año.

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