Después del accidente en días pasados, cuando la ballena solitaria que se recrea en la bahía de Ohuira, frente al caserío del cerro de Topolobampo, embistió un pequeño yate que aplastó en uno de sus saltos con los que nos ha recreado a todos e hirió a uno de sus pasajeros, algunos parroquianos mochitecos que se dan cita a saborear el café mañanero y las noticias del día anterior, así como a alguno que otro mitote, se han atrevido a especular que es tanto el activismo del presidente municipal de Ahome, que ha sido capaz de traer a esa ballena para adornar las paradisiacas aguas de la bahía.
Quizá porque ignoren el origen de la ballena o porque pretendan estigmatizar el protagonismo de Gerardo Vargas, que a todos los ahomenses los tiene sorprendidos, tanto que comentan “de dónde la traería”.
La verdad es que se trata de una ballena que se salió de la ruta de Los Cabos y La Paz y se vino más al norte, quizá buscando alimentos, y al igual que el delfín conocido por todo como “El Pechocho”, también se quedó a vivir, que ojalá sea larga su estancia como la del famoso delfín que ya lleva más de diez años.
Pero el caso se relaciona con el presidente municipal, que ante la escases de ingresos municipales e inversión estatal y federal, anda sacando dinero hasta por “debajo de las piedras”, que tanto fue el éxito de cobrar la cartera vencida de la JAPAMA a como pudieron, recaudando más de 110 millones de pesos, que ya prepara otra campaña similar, como la que realizó Sergio Torres en Culiacán hace ya ocho años, con la deuda de 5 mil millones de pesos del predial urbano, que tenían los vecinos de Culiacán.
Es más, hasta le puede ir mejor que con los adeudos de JAPAMA, tanto que puede triplicar por lo menos los 110 millones de pesos que cobró y así acumular otra buena bolsa para sacar del atolladero al municipio de Ahome.
Y puede ser que sí, porque quienes debían en Culiacán eran los fraccionamientos, los fincatenientes y los “engordadores” de terrenos, en general gente pudiente con solvencia económica que les puede resultar más fácil saldar sus deudas, pero hay que cobrarles.
De que tuvo muchos problemas en su momento el alcalde culichi para cobrar claro que los tuvo, pero se mantuvo firme y fue capaz de recuperar más de 700 millones de pesos entonces.
Se requirió firmeza y capacidad de negociación que creemos que Gerardo Vargas tiene suficiente, como también creatividad, porque hay muchos que no quieren pagar y creen que pasando “mordidas” pueden seguir sin cumplir su compromiso fiscal, para lo cual existe la aplicación de las leyes fiscales y administrativas. En fin, ya habrá más que contar de la ballena, que a ver cómo la bautizan nuestros amigos de Topolobampo, como bautizaron al “Pechocho”.