No cabe duda que Gerardo Vargas Landeros en Ahome, Martín Ahumada en Guasave, Armando Camacho en Guamúchil, Jesús Estrada en Culiacán, Ana Karen Val en Elota y “El Químico” Benítez en Culiacán, tendrán la estatura suficiente para liderar a los municipios colindantes ante problemas que son comunes a sus regiones, o el gobierno estatal seguirá haciéndose cargo y con tan magros resultados hasta ahora.
Yo creo que lo más viable es que exista una coordinación estatal de municipios para el desarrollo común de las regiones, que les permita desarrollar proyectos comunes e, incluso, con inversiones bipartitas o tripartitas, según sea el caso, y hasta proyectos que superan sus capacidades financieras adquiriendo compromisos, incluyendo hasta al gobierno estatal.
La coadyuvancia, cooperación o alianzas municipales, como usted le quiera llamar, son un instrumento más de apoyo para generar políticas públicas, que cualquier gobierno siempre debe aspirar a que estos cada vez sean más y los municipios se complementes entre sí.
Máxime que el gobierno estatal requerirá de un plan estratégico muy ambicioso y viable, donde los municipios serán instrumentos indispensables para su ejecución.
Hasta ahora, integrar el corredor Mochicahui, San Blas, El Fuerte y Choix ha resultado un tema tabú para todos los presidentes municipales, pero, por ejemplo, si tan solo fueran capaces de unificar demandas y esfuerzos frente a CFE y CONAGUA, que no pagan un centavo de predial rústico, tanto por la energía eléctrica que producen y comercializan, como por el agua que almacenan y venden.
Se han dado extremos en aquella región que CFE ha dejado sin servicio de electricidad al sistema de bombas de las juntas de agua potable y, por consecuencia, sin suministro de agua a las comunidades.
Como la región del norte, y tan solo sobre un solo tema, también las otras regiones pueden coordinar la construcción de uso común, tanto de sistemas de agua residual, como también los depósitos de basura, pensando hasta en la construcción de fábricas de reciclados en los basureros, por poner otro caso.
O, en el caso de Culiacán-Navolato, que ya tienen el decreto de municipio conurbado, sucede que ninguno de los municipios posee reservas territoriales, cuando en ellos habita el 40% de la población de Sinaloa, tienen las descargas del 90% de las aguas negras, crudas prácticamente sin tratar, de Culiacán a la bahía de Santa María, se tiene de manera común el lecho del río Culiacán, sin ningún proyecto común, y son víctimas de contaminación del agua y del aire de manera alarmante.
Y ya no digamos el monopolio turístico de Mazatlán que boicotea sistemáticamente los desarrollos turísticos locales como el de “Las Cabras” en Escuinapa y las de Ceuta y Dimas en Elota y San Ignacio.
En fin, ya sabe usted que se ha creado un vicio de presidentes municipales “pililis”, que andan como pajaritos antes de salir del nido, “quedando bien” con el gobernador para que los apoye, vicios que en el nuevo gobierno se deben acabar. Digo, si quieren que tengan algo nuevo.