Es curioso y da en que pensar la gira del presidente López Obrador a Sinaloa, cuando parece que solo fue un consumo de agenda, de tiempo, cuando no hay a la vista una utilidad concreta, de la que surgen tres hipótesis, y esto surge cuando vemos que su agenda es insulsa, cuando cumplía 70 años y lo hizo ausente de su familia, tiene de frente una agenda formidable en la próxima reunión de la APEC, las siete potencias más grandes del mundo a partir de hoy y esto junto con la catástrofe de Acapulco que requiere seguimiento al día.
¿Para que la gira a Sinaloa? Para empezar, tenía un magnifico argumento, acudir al segundo informe de gobierno de Rubén Rocha que tendría que entregar al día siguiente, ayer 15 de noviembre y que hizo entregar al secretario Enrique Inzunza al Congreso. ¿Por qué no aprovechar esa coyuntura que les hubiera redituado mucho más?
¿Qué tan importante era una “mañanera” en Sinaloa? Como si no tuviera “mañaneras” todos los días, que tan relevante es la carretera “Badiraguato – Parral” tantas veces anunciada, que su inauguración se vio como un relleno o la inauguración de una sucursal del Banco del Bienestar en Culiacancito.
Si hubiera sido de trascendencia, las fuerzas “Morenistas” de todo el estado se hubiera volcado a esos pequeños actos en los que apenas tuvo pequeños auditorios como lo reportó la revista “PROCESO”.
¿Qué fue lo que paso? No lo sabemos y nunca se sabrá, por lo que la hipótesis tiene vía libre, como en la que el Presidente López Obrador, anda “rancheando” para no enfrentar la crítica y reclamos de la ausencia del presidente en Acapulco, cuando todos esperaban una reacción expedita y generosa con la tragedia de aquel puerto.
La segunda es, ¿Qué hace en Sinaloa en víspera de la reunión de la APEC (foro de cooperación económica Asia – Pacifico) que se inicia hoy jueves en san Francisco, California. Y en la que se reunirá por separado con Joe Biden, presidente de los Estados Unidos y con Xi – Pin, presidente de China, acompañado tan solo por los secretarios de la defensa nacional, General Crescencio Sandoval, de Marina Almirante José Rafael Ojeda Duran y Alicia Bárcenas de relaciones exteriores, reuniones vitales para el futuro del país.
La tercera, es que vino a Sinaloa a calibrar la confrontación con la Universidad Autónoma de Sinaloa, para valorar si le es posible una posición similar, como si Sinaloa fueran un ensayo, de lo que podría darse de hacerlo a nivel nacional con todas las universidades públicas.
Y la cuarta, que todo fue un disgusto familiar que mejor decidió quedarse en Culiacán a festejar sus 70 años, en fin, todo se vale.