Con profundo pesar abrazamos a la familia de nuestro amigo periodista Luis Enrique Ramírez, asesinado este jueves y nos unimos a la demanda de justicia. Descanse en paz.
El presidente López Obrador inició ayer una gira por Centroamérica y el Caribe, empezando en Guatemala, después en Honduras, luego El Salvador y culminar en Cuba este sábado, gira que debió darse hace años y encabezar México, con AMLO al frente, la operación de organización económica y social de Centroamérica, como estrategia para contener la migración y contar con una región de apoyo y soporte de la economía y la estabilidad social de México.
De todos es conocido desde hace más de 50 años la fuerte inestabilidad de esa región, tanto que entonces, por lo menos Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala vivieron prácticamente guerras civiles por más de una década y otros, como Panamá, que vivió el asesinato de su presidente, el general Omar Torrijos, y la invasión de Estados Unidos después, para derrocar y detener al presidente Manuel Noriega, etapa en la que México en los gobiernos de Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid e incluso el de Carlos Salinas, cuando se firmó la paz en El Salvador en la Ciudad de México, todos haciendo esfuerzos para sacar esa región de ese mundo de guerra para estabilizar los países y relanzar las naciones mediante varias iniciativas y contribuciones de apoyo con petróleo y oficios diplomáticos para los acuerdos indispensables que se requieren.
Fue una tradición histórica no solo por razones humanitarias de los gobiernos, sino también por razones geoestratégicas para el desarrollo de México, que luego con los gobiernos de la alternancia, el de Vicente Fox y Felipe Calderón, se descuidó esta tradición y política del Estado Mexicano, tanto que Centroamérica involucionó en muchos problemas que México había contribuido a sus soluciones, como fue el proceso de paz y concordia nacional en los países y ayudar a crear un modelo político en cada país, lo que contribuyó muchísimo con la región, pero lo que se abandona y se descuida su deterioro, como ocurre ahora con varios de esos países y requieren otra vez una estrategia radical de México como los gobiernos del siglo pasado.
México tiene un reto enorme no solo con Estados Unidos y Canadá, sino sobre todo con sí mismo porque lo que se haga en esos países serán de utilidad estratégica para México, por eso me parece que este esfuerzo debió iniciarse desde el 2019 para prever las mejores condiciones que México necesitaba en su entrada al T-MEC y de qué forma México compartía con Centroamérica haciendo equipo porque ellos también deben ser parte del T-MEC y de sus beneficios.
¿Se puede una solución concertada México, Estados Unidos y Canadá para tratar los problemas de Centroamérica? Claro que se puede y es lo ideal. Tarde quizá, pero más vale tarde que nunca.