La guerra sigue, ¿qué se puede hacer?

    "La guerra entre los grupos del crimen organizado de Sinaloa continua por la tibieza, complicidades y falta de una estrategia profunda".

    Para mi amigo Leoncio Sandoval, un triste adiós, “el quirriro” para sus amigos, el que me parecía inmortal por su belleza humana, el viernes pasado se nos fue sin despedirse, D.E.P., hasta pronto “Quirriro”.

    Como muchos pensábamos y el gobierno no creía, la guerra entre los grupos del crimen organizado de Sinaloa, continua y por la tibieza, complicidades y falta de una estrategia profundidad y amplitud en contra de estos grupos, la razón más valida que se impone para terminar con ella, es la que estableció el responsable de la lllª Región Militar, General Jesús Leana Ojeda, al anunciar que “volver a la normalidad en Sinaloa depende de los grupos antagónicos”.

    Si y al parecer depende de que aniquilen o lleguen a un acuerdo. Al parecer no hay de otra, porque lo que pudiera empujar una solución alternativa radica en las acciones ciudadanas y estas, las que se han logrado realizar, están resultando como “los llamados a misa”, los que escucha y atiende el que quiere, además de que son inciertos ante las causas inmediatas que han producido la confrontación: las acciones de gobierno.

    Si, un gobierno federal y estatal, autócrata, irresponsable (como sus frases que suenan a burlas “abrazos y no balazos”), complicitario y con un desorden en los sistemas de seguridad publica fácilmente penetrable y corrompible.

    Hace llamados a las “acciones” sin señalar, diagnosticar y proponer replantear la política pública del gobierno, es simplemente eludir el problema y desahogar las frustraciones.

    En realidad hay un miedo generalizado no solo a la violencia que produce el crimen organizado, también lo hay al gobierno y se nota a nivel nacional y local ante la tibieza de dejar hacer y dejar pasar a tanta irresponsabilidad e ineptitud de los gobiernos federal y estatal, que hacen, deshacen y no hacen en cuanto a sus responsabilidades, resultando lo peor que dilapidan, destrozan y se festinan con una supuesta “transformación” y que están construyendo un nuevo régimen.

    Son gobierno que a fuerza de autoritarismo y la tibieza de los ciudadanos y sus grupos organizados, se imponen y se creen que “reinan” con la estúpida sonrisa “porque representan al pueblo”, como si eso fuera el elixir que los purifica de todos sus pecados.

    Son gobiernos fallidos y hay incapacidad social y política, producto de que los grupos de poder se han coludido con la corrupción gubernamental y están todos atrapados por ella. No existe otra explicación para no reaccionar y actuar, lo que al final no refleja más que miedo, pero no el miedo del simple ciudadano, sino el miedo de los poderosos que ya son cómplices de esos gobiernos.

    Tan solo una pregunta antes de cerrar este comentario ¿por qué ante tantos y tantos abusos, desatinos y corruptelas de estos gobiernos de la 4T no han reaccionado esos grupos de poder económico, social, político y facticos?, ¿porqué han contemporizado al extremo de que estamos prácticamente ya en un “maximato” y a las puertas de una dictadura?

    Para mi resulta inexplicable tanta estolidez y por eso, creo que el general tiene razón.

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