La Iglesia, los curas y el abuso sexual

    Imagen ilustrativa.

    Apenas esta semana se conoció una denuncia que desde el día 8 de marzo, día internacional de la mujer, comenzó a circular en twitter, una denuncia de una joven que señalaba que había sufrido acoso sexual, y no solo ella, si no otros muchachos más y hasta violaciones en algunos casos, a tal grado que se hizo “viral” en las redes sociales y una semana después hubo reacción del episcopado de Culiacán, específicamente del obispo Jonás Guerrero, quien suspendió a cinco curas y abrió las puertas para una investigación judicial, más allá del tribunal eclesiástico que ha servido más de protección a la iglesia y los curas, que de soluciones a las desviaciones y delitos de los curas.

    Que malo que haya sido hasta ahora y porque se abrió al público la denuncia en redes sociales que la sociedad enfrenta un problema que ya data de hace mil años, desde que se aprobó por el vaticano en el siglo IX que los curas debieran ser “célibes, castos y puros”, mil años en que lo que bajo esa condición y de que los curas solo obedecen a los tribunales eclesiásticos se han cometido tantas infamias, que no hay país en el planeta que escape de ellos, ni lugar en la tierra donde no haya ocurrido un hecho deleznable en que alguno de ellos se haya visto envuelto.

    Esa es una triste realidad que arrastra la humanidad y que ha representado un estigma en la historia de la iglesia católica, por lo que es muy positivo que esta jovencita haya tenido el valor de hacer esta denuncia, que se volvió tendencia, para luego pasar de las redes a los despachos y tener posibles consecuencias jurídicas, a tal grado que el obispo Jonás, tan cuestionado y de tantas dudas por el escándalo en el que se vio involucrado junto con el primado de México, monseñor Norberto Rivera, en la capital del país hace ya más de diez años, haya sido capaz de dar este paso y abrir las puertas de la iglesia sinaloense a la fiscalía de Sinaloa, porque se abre la puerta para enfrentar un monstruo que ha vivido hasta ahora en la oscuridad y protegido una gran impunidad.

    Muy positivo es también que el papa Francisco, en su décimo año de papado, haya recomendado el matrimonio para los curas, ante este flagelo que vive la iglesia.

    Y lo es también que el gobernador Rubén Rocha se haya decidido ir a fondo ante este escándalo social que ya tiene tiempo y que específicamente este grupo de jóvenes del “Grupo Arcoíris” de Culiacán, que integra adolescentes con problemas diversos que los hace aún más vulnerables y que hace ya más de un año, ante el encargado del derecho canónigo, Jaime Homero, fueron y hablaron con él, quien les dio largas en la denuncia, les dijo que era muy difícil “qué tenían que ir hasta Roma” y al final no les escucharon.

    Arcoíris es un grupo de muchachos de todas las parroquias de Culiacán y por lo menos son 15 las víctimas, pero se asegura que existen muchas más y eso ya será trabajo de la fiscalía.

    Lo que viene será una investigación que tendrá que abrir investigaciones en todas las iglesias, porque la católica no es la única con esas prácticas y ya que se destapó al público no estaría mal que la fiscal, Sara Bruna, abunde y extienda la investigación.

    En la historia conocida en Sinaloa sobre este tema ha habido muchos sucesos, como los de “la ciudad de los niños”, por lo que es de hoy por ningún motivo debe quedar impune. Son tiempos de superar el oscurantismo y sus consecuencias.

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