El narcotraficante mexicano, Joaquín «El Chapo» Guzmán, pagará una cadena perpetua indefinida en una pequeña celda de la cárcel de máxima seguridad en Florence, Colorado, la «Supermax», conocida como la «Alcatraz de las Rocallosas».
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, El Chapo Guzmán no podrá recibir visita alguna ni llamadas telefónicas, por lo que la mañana de este miércoles fue la última vez que vio en vida a su esposa, Emma Coronnel Aispuro.
A la mayoría de los reclusos de la “Supermax” se les da un televisor de blanco y negro, pero su única vista real del mundo exterior es una ventana de 10 centímetros en su pequeña celda.
Se ha dicho que tendrá una interacción mínima con otras personas, por lo que recibirá sus alimentos en sus celdas a través de una pequeña puerta en el suelo.
En medio de la nada.
Esta prisión está situada en medio del desierto y es la considerada más segura del país.
El lugar es conocido por la vista que ofrecen las montañas de la región, aunque el centro penitenciario está diseñado de tal manera que los presos nunca podrán apreciarlas.
“Ahí es cuando realmente te golpea. La primera vez que llegas te encuentras con la belleza de las montañas rocosas en el fondo. Pero cuando entras, esa fue la última vez que las viste”, dijo Hood, el director de la cárcel en un reportaje que hizo la cadena CNN.
Cada vez que salen de sus celdas, los presos deben usar hierros en las piernas, además de esposas y cadenas estomacales.
De acuerdo al medio Infobaes, la prisión cuenta con 490 celdas individuales, en las que los reos pasan 23 horas al día solos en un espacio de concreto que mide 2,1 metros de ancho por 3,6 metros de alto.
El complejo está diseñado para que los internos tampoco puedan ver el cielo. Intencionalmente hay cables para evitar que aterrice algún helicóptero. «La arquitectura del edificio es la clave del control», aseguró Hood.
El reportaje de CNN (idioma original: inglés)