Los políticos y los partidos son muy recurrentes para formar frentes, alianzas y coordinaciones nacionales, pero a nadie se le ocurre que, internamente en Sinaloa, necesitamos una alianza entre todos para detener el deterioro del crecimiento del estado y nos sea factible elevar la inversión local, nacional e internacional, que nos dé posibilidades de crecimiento en los próximos 20 años.
El turismo y los servicios han sido las ramas económicas que han estado creciendo, pero lo que se necesita es encadenar la economía y desarrollo sinaloense a los Estados Unidos, mediante los estados fronterizos mexicanos (Sonora, y chihuahua principalmente), para que sea posible establecer una plataforma industrial para aprovechar los beneficios económicos que brinda el T-MEC y no atenernos solo a lo que remiten las remesas, que andan alrededor de los 700 millones de dólares anuales, cantidad que resulta muy importante.
Por eso, lo que ha venido impulsado Gerardo Vargas en Ahome con la planta de fertilizantes en Topolobampo, y la fábrica basada en basura que están proyectando, son un buen principio porque se necesitan esos proyectos, y muchos más.
Y más todavía cuando hay voces de algunos municipios que se alzan para reclamar que ya no se concentre todo el esfuerza de desarrollo en Mazatlán, por lo que vale el proyecto a punto de iniciar del Metrobús en Culiacán, tanto por su inversión como por los beneficios en la movilidad que provocará en la capital del estado.
Por lo que creo también que se equivoca el Dr. Martín Ahumada, en Guasave, al negarse al dar el salto de sumarse a la construcción de la fábrica de basura, como así lo pretenden en Ahome, para volver al tradicional “relleno sanitario”, inviable ya ecológicamente, negándose a iniciar una revolución en los servicios públicos.
Bien valdría un tour del gobernador Rubén Rocha y los presidentes municipales de los principales municipios, por la fábrica de basura de Iztapalapa que transforma mil toneladas de basura diarias y crea varias fábricas de otros productos que se derivan de ella.
¿Por qué digo que es un error del presidente de Guasave? Porque si en algún lugar es factible un efecto multiplicador de un proyecto, como lo es de la fábrica de basura, es en Guasave, precisamente por su disposición demográfica (la más extensa en el estado), lo que produciría muchísimos más empleos y eficiencia en el servicio.
Otro tanto se tiene que hacer en la región del Évora, fortaleciendo con mayor inversión al municipio de Angostura, con más recursos naturales, elevar también la explotación de una rica franja temporalera en Mocorito y definir programas para incentivar el comercio y los servicios en Salvador Alvarado.
No está fácil la problemática y por eso es indispensable que todos los secretarios del gobierno estatal se pongan en acción.
Si Quirino Ordaz fue capaz de destruir al Instituto de Vivienda del Estado de Sinaloa, no es porque el problema estuviera resuelto, y se encuentra peor que nunca, lo hizo porque su idea no era invertir en los pobres, bien vale que la Secretaría del Bienestar estatal pudiera atender este problema. Hay muchísimo qué hacer al respecto y son varios los municipios en los que se puede implementar programas de vivienda muy útiles, principalmente en las zonas de mayor pobreza.