MORENA llegó el 2018 a gobernar Sinaloa prácticamente con el 80% de la población bajo su conducción, la mayoría en el Congreso del Estado, siete diputados federales, dos senadores y el presidente de la república a su favor, y no pudieron entonces vencer al gobernador priista, Quirino Ordaz.
Fueron varias las reyertas sobre presupuesto, cuentas públicas y decretos que no firmó el gobernador Quirino Ordaz por su conservadurismo, mientras que este empezó su labor de zapa, comprando diputados de MORENA y buscando alianzas con los alcaldes Billy Chapman y el Químico Benítez, hasta que los dividió, y además desde palacio nacional decidieron aliarse con Quirino Ordaz.
Eso acabó por desfigurar esa etapa de MORENA en el gobierno de Sinaloa, con tres alcaldes (Billy, Estrada y el Químico) haciendo y deshaciendo, apoyados por el gobernador Quirino Ordaz, mientras que en el Congreso no fue posible ponerle límites ni control a Quirino Ordaz, primero porque les compró diputados, y la segunda cuando ya se alió con el presidente López Obrador.
Así se fueron tres años y los tres alcaldes intentaron reelegirse; lográndolo el “Químico” en Mazatlán, Estrada en Culiacán, y al Billy, por el desplazamiento de Culiacán a Ahome de Gerardo Vargas, lo hicieron diputado.
Así la ruta del Billy en la alcaldía terminó, pero el Químico y Estrada Ferreiro lograron la reelección después de acumular tres años perdidos en el despilfarro político de la borrachera que vivieron a partir del triunfo del 2018, empezando un nuevo periodo por otros tres años, pero ya con el nuevo gobierno de Rubén Rocha, que de inmediato empezó su confrontación con el congreso del estado y el mismo gobernador, al extremo que las cosas terminaron en el desafuero del alcalde culiacanense.
El Químico y el Billy quizá habían superado a Jesús Estrada, pero no cometieron el error de enfrentar al gobernador Rocha como lo hizo el presidente culichi. El Billy de Ahome ya se había ido de diputado federal y el Químico de Mazatlán no cometió la torpeza política de Estrada Ferreiro.
Sin embargo, el Químico Benítez siguió con su desenfreno político como lo hacía antes con el gobernador Quirino Ordaz, con quien por cierto fincó una sólida alianza al entregarle la junta de agua potable del puerto, que no reparó en que había otro mando en el gobierno de Sinaloa y otra visión en el congreso del estado, de borrar las limitaciones que tuvieron el trienio anterior, al punto de que los fallos administrativos y políticos del Químico los han acumulado, ahora le piden cuentas y al parecer no tiene con qué responder.
Jesús Estrada fue desaforado por el Congreso del Estado y parece que El Químico Benítez seguirá esa ruta, que pueden ser peores las posibilidades de que sus fallos administrativos lo lleven a la cárcel. A grandes rasgos, esta ha sido la historia de los principales gobernantes municipales de MORENA en Sinaloa, que quizá esto sirva para corregir el rumbo y al final no se trate de ajustes de cuentas o simples maniobras políticas para desplazarlos. Ya veremos.