Después de la encuesta del periódico nacional Reforma, en la que apareció en tercer lugar para la elección del 2024, Luis Donaldo Colosio Riojas, el joven presidente municipal de Monterrey e hijo del malogrado Colosio Murrieta por allá en 1994 cuando lo asesinaron siendo candidato presidencial del PRI, aparece por debajo de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, ambos de MORENA, quienes salen con 31 puntos de intención de voto el primero y 30 la jefa de gobierno de la Ciudad de México, mientras que Colosio Riojas irrumpe con 27 puntos a tan solo 4 del puntero.
Este fin de semana que pasó resultó “caliente” para la vida cotidiana del país, cuando emergen voces que no terminan de construir sus discursos, como algunos del frente “Vamos por México”, mientras que el senador Ricardo Monreal se coloca frente a frente al presidente de la república, ahora surge un “potro pura sangre” como Luis Donaldo Colosio Riojas, que sacude de golpe el panorama preelectoral tan anticipado para el 2024, luego que el propio presidente López Obrador decidió cuando destapó a sus “corcholatas”.
Movimiento Ciudadano realizó su asamblea nacional y, aunque fue Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, como precandidato de MC para el 2024, desde entonces ha rodad como bola de nieve la noticia de que el primogénito del mártir de Lomas Taurinas sea un probable competidor el 2024 para la presidencia de la república.
Ya un joven periodista le ha denominado “La hora de que México pague su deuda histórica con ese magnicidio”, eligiendo al joven Colosio como presidente de México el 2024.
Tanto empieza a florecer esta incipiente campaña que ya circula un video grabado al pie del monumento a su padre, donde resume “aquí dejo el pasado… aquí y ahora comienza una nueva historia… México el único futuro que tiene es remamos juntos todos o todos nos hundimos… son tiempos de cuidarnos todos, de unirnos todos”.
El monumento, la coyuntura del país, su mensaje y la crisis de todos los partidos son circunstancias donde las palabras de este joven político son como gotas de agua en tierra seca, que si se trabaja más en ella puede prender un gran movimiento nacional, donde México sea capaz de cerrar muchas de sus heridas, deteniendo sus divisiones y, como dijo mi amigo Fernando Camacho, pagando su deuda histórica con Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Podrán decir muchos que es temprano para un movimiento de ese tipo, pero el que madrugó parece que levantó a los dormidos y están despertando, que ojalá signifique el surgimiento de una nueva generación de grandes políticos mexicanos. Ojalá deveras y un saludo al amigo Sergio Torres.