Culiacán, Sinaloa.- Después de haber entregado 7 mil 317 días de su vida al Banco de Alimentos de Culiacán, en el que a su paso ayudó a miles de personas en situación de pobreza y desgracia, Arturo Torres Santillán, deja hoy jueves esta noble institución.
Se convierte, quizá en uno de los personajes más queridos en el mundo del altruismo en el estado y que sólo tiene una frase para explicar este amor: No te preguntes qué puede hacer Sinaloa por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por Sinaloa.
Bajo esa mítica, “El Chino”, como también sus amigos lo llaman de cariño, es que Torres Santillán dio una buena cara cuando se trataba de ayudar. Desde aquella llamada que recibió de un amigo empresario para invitarlo, mientras atendía una farmacia, es que ahora cumple 20 años al frente y ha decidido dar paso a las nuevas generaciones. Hoy, justo dos décadas después, es que le ofrecen una despedida para reconocer su labor al frente de esta institución.
-¿Cómo ingresa al Banco?
Recibo una llamada de mi amigo Alán Sullivan para decirme que tengo una entrevista con Alberto Coppel para el 13 de marzo de 1999, quien me ofrece la dirección del Banco de Alimentos. Yo desconocía completamente lo que era esta institución. Sólo conocía el Banco de Sangre. Así entro a trabajar y me capacito rápido y empecé a dar resultados.
En aquel entonces atendía a cerca de mil 200 personas mensuales, eran como 500 semanales. Acopiábamos como de unas 15 toneladas mensuales de alimentos. Créeme que nunca me imaginé que Dios me iba a poner en el camino en una institución tan noble y humanitaria como esta.
-¿Cómo deja el Banco de Alimentos?
No es presunción, pero dejo un Banco muy rentable, muy fuerte. Dejo un banco sólido, un banco con una infraestructura inmobiliaria y vehicular grande. Si bien es cierto que el banco ya requiere de otras instalaciones, pero lo que dejo es haber sentado las bases para que la nueva dirección, para que los nuevos consejeros y nueva presidencia pueda tener oportunidad de trabajar de manera holgada y tranquila.
Se ha creado las bases para que con Arturo o sin Arturo, el Banco siga siendo productivo y eficaz.
-¿En qué momento toma la decisión de retirarse?
Esa decisión la tome hace unos ocho meses en una junta del Consejo. Fue en una junta cuando los planteé retirarme cuando cumpliera 20 años.
Lo hice también porque al cumplir 20 años en el Banco, yo cumplía la edad de 65 años. El mismo 30 de marzo cumplo las semanas cotizadas ante el IMSS para poder tener una jubilación digna.
-¿Cree que se va con algún pendiente?
Sí, el Banco necesita otro edificio. Necesita unas instalaciones más grandes que le puedan dar la oportunidad de almacenar más alimento para distribuir más. Se han hecho gestiones ante diferentes administraciones municipales y estatales, pero por alguna razón no se ha concretado. Esperemos que la nueva dirección y el Consejo sigan con esta actitud y pronto se tenga otras instalaciones. Unas más amplias.
-¿Hay algún momento que lo haya marcado para toda la vida?
Todos los días, pero todos los días me han dejado marcado, porque los 365 días estamos ayudando a los que menos tienen, a la más vulnerable. La sonrisa de esas familias es la que nos marca. Eso es nuestro mejor pago y nuestras mejores satisfacciones que yo me llevó del Banco. Haber contribuido a disminuir un problema como es el hambre y la pobreza.
Queremos un Culiacán, un Sinaloa y un México mejor. Estamos en esa lucha para lograrlo.
-Si pudiera regresar el tiempo, ¿qué cambiaría?
No cambiaría absolutamente nada, lo que sí haría es invertir más tiempo en esta actividad, involucrar a más sectores de la sociedad, tener la oportunidad no sólo de entregar más alimento, sino poder educar y capacitar a nuestros beneficiarios para que se valieran por si solos.
-¿Quién quedará en su lugar?
Es un joven muy entusiasta, muy talentoso que dará lo mejores resultados al Banco de Alimentos. Se llama Daniel Tapia Sánchez, él ya tiene colaborando con nosotros. Él entró en el puesto de Procurador con muy buenos resultados, y esperamos que esos buenos resultados se den en la dirección.
Arturo Torres se va confiado de que las personas que se quedan en el Banco, tienen una base muy sólida para seguir trabajando.
-¿Qué consejo le da a quien quedará en su lugar?
El consejo que yo hubiera esperado que me dieran desde que entré aquí: ponte muy bien la camiseta, entrégate en cuerpo y alma, en la causa que estás representando. Sé un hombre un hombre ejemplar tanto en la institucional como en lo familiar, porque muchos ojos, muchas mentes y medios estarán vigilando lo que haces.
-¿A partir del viernes qué hará el señor Arturo Torres Santillán?
Es una gran oportunidad para encontrarme a mí mismo como persona, para encontrarme como ser humano, para darme más a mi familia.
Tengo tres hijos extraordinarios con los cuales no convivo lo que debería de convivir con ellos. Viene una nietecita en camino y hay que esperarla y convivir con ella.
Quiero viajar, quiero conocer otros lugares, otras culturas. Pero también quiero seguir ayudando a la comunidad sinaloense.
Traigo un proyecto de trabajar en una radio, dándole voz a todas las instituciones de asistencia privada y asociaciones civiles. Probablemente tenga un programa de radio.
Quiero seguir creando proyectos para instituciones como los bancos de alimentos en el estado. Lo voy a hacer de manera filantrópica, porque toda mi vida me ha gustado ayudar de corazón y lo quiero seguir haciendo. Ese es el Arturo Torres.
Voy a vivir una vida de lujos, pero de lujos de darle cariño a los míos, el lujo de poder convivir con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros y con las personas que nunca hemos convivido el tiempo suficiente.
-¿Le da las gracias a quien le abrió las puertas?
Le doy las gracias a Dios, a mi familia, a quienes me pusieron en este camino. Pero sobre a todos aquellos donadores, benefactores, generosos, que de una forma facilitaron nuestro trabajo. Le doy las gracias a mis Consejeros que confiaron en mí. Le doy las gracias a mi equipo de trabajo que siempre estuvo involucrado.
Le doy las gracias a la población, a las instituciones, a los medios de comunicación. Sin ellos la labor de Arturo Torres, del Banco, no hubiera sido posible que trascendiera y se conociera.