París, Francia.- Unas 31.000 personas han salido a protestar este sábado en toda Francia, comunicó el secretario de Estado francés, Laurent Nunez. Solo en la capital se han contabilizado unos 8.000 ‘chalecos amarillos’ en las protestas.

Hasta el momento cerca de 1.385 personas han sido detenidas en todo el país, 974 de ellas se encuentran bajo custodia policial. En París, 920 personas han sido detenidas, de ellas 619 se encuentran bajo custodia policial.

El primer ministro, Edouard Philippe, anunció «una movilización excepcional» de 89.000 agentes de las fuerzas del orden en todo el país para esta jornada, 8.000 de ellos en París.

Los enfrentamientos entre manifestantes y policías en toda Francia han dejado 118 heridos, 71 en la capital, incluidos siete agentes de seguridad.

Antecedentes

Este es el cuarto fin de semana consecutivo de movilizaciones del movimiento ‘chalecos amarillos’, que se iniciaron originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible, pero desde entonces se ha convertido en un movimiento más amplio en contra de las políticas oficiales y reformas económicas.

Las protestas se han convertido en un movimiento más amplio en contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.

En el centro de París, se registran enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden, quienes han tenido que implementar balas de goma y gases lacrimógenos para tratar de dispersar la protesta. En tanto, el número de detenidos siguen en aumento.

En las primeras horas de la mañana, decenas de activistas fueron detenidos incluso antes de que iniciaran las protestas, principalmente porque preparaban «actos violentos o destrucción».

Desde la madrugada de este sábado, miles de policías han sido desplegados en las calles que convergen la céntrica plaza Charles de Gaulle, donde se encuentra el Arco de Triunfo.

Las manifestaciones del 1 de diciembre reunieron a 75.000 personas por toda Francia y tuvieron un saldo de 133 heridos.

La Gendarmería Nacional, responsable de las misiones de policía, ha desplazado a París varios vehículos blindados.

Debido a esta convocatoria de los ‘chalecos amarillos’, decenas de museos y sitios culturales han decidido cerrar durante el fin de semana, entre ellos la emblemática Torre Eiffel y el Museo del Louvre.

«Luego de que Macron diera marcha atrás en su intento por aumentar los impuestos a los combustibles, aparecen otras reivindicaciones, una de las cuales y más profundas es el aumento del salario mínimo. No es una reivindicación que está dentro del programa económico del Gobierno francés, pero para su sostenibilidad sería necesario que lo tenga en cuenta. Más políticos y analistas ya hablan que talvez se requiera disolver el Parlamento y volver a elecciones», opina el economista Martín Burgos.

El experto además considera que las protestas que han comenzado también en otros países miembros de la Unión Europea, como Bélgica, «son algo totalmente natural», debido a que ha surgido un «sentimiento de rechazo al euro y a la UE en general» por ser «los culpables de todos los problemas que están teniendo».

Las protestas del movimiento ‘chalecos amarillos’ comenzaron el 17 de noviembre, provocadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Emmanuel Macron anuló ese aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio en contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.

Hasta el momento cerca de 1.385 personas han sido detenidas en todo el país.

Movilizaciones

Las manifestaciones del 1 de diciembre reunieron a 75.000 personas por toda Francia y tuvieron un saldo de 133 heridos y 412 arrestados. Las protestas ocurridas en el centro de Francia se volvieron violentas y hubo enfrentamientos con la policía.

El pasado 17 de noviembre, una manifestante murió tras ser atropellada durante una protesta de los ‘chalecos amarillos’. Asimismo, ese día se registraron al menos 227 heridos, mientras que 117 personas fueron detenidas por la Policía.

El pasado 24 de noviembre se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos, convirtiendo a París en un auténtico campo de batalla. A consecuencia de la violencia, se cerraron de manera temporal siete estaciones de metro.

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