¿Qué dejó el 2022 en política para Sinaloa? (parte tres de cinco)

El Congreso del Estado de Sinaloa.

Lo que debiera ser parte fundamental de la actividad de los diputados, la revisión permanente a la recaudación, gasto y eficiencia de los recursos públicos, es quizá una de las actividades a las que dedican la menor cantidad de tiempo, sin tener idea la mayoría que durante décadas se ha luchado por la existencia de un sistema transparente, legal y honesto, que no se dan cuenta los diputados lo que significa contar con una Auditoría Superior del Estado, un aparato para revisar todos los dineros de los gobiernos estatales y municipales, que le cuesta al pueblo de Sinaloa más de 400 millones de pesos por un año, y que debe rendir frutos, por decirlo de alguna manera, de cero corrupción oficial por año, pero lamentablemente no es así y los vicios, corruptelas y malos manejos son suso y costumbres del que los diputados son responsables que suceda.

Me van a decir que si qué traigo en contra de los diputados, pero la verdad, como dice la biblia, “en arca abierta hasta el más justo peca” y la auditoría superior del estado, como órgano auxiliar de los diputados para la fiscalización, fue creada precisamente para cerrar las arcas públicas a esas manos perversas prestas a tomar lo ajeno, a manipular la inversión y malversar los recursos públicos.

Y creímos que con la llegada de la 4T y MORENA las cosas cambiarían, y así nos lo hizo creer la diputada Graciela Domínguez Nava en la legislatura anterior, cuando enfrentó al gobernador Quirino Ordaz, que parecía por fin los latrocinios al erario serían cosa del pasado, pues no ocurrió así. La diputada Domínguez Nava se fue del congreso y llegó Feliciano Castro, junto al gobernador Rubén Rocha, y transformó la ASE prácticamente en una sastrería que empezó a hacer “trajes a la medida”.

Así se aprobaron las cuentas públicas de Quirino Ordaz del 2019 y el 2020, como si no supiera el líder de los diputados, Feliciano Castro, la Auditoría Superior del Estado y el mismo gobierno estatal, que Quirino Ordaz había “reprobado” las cuentas del 2017 y 2018, cosa que no les importó, tiraron por la borda el trabajo de la diputada Graciela Domínguez y, como cantara Napoleón, “usaba maquillaje a granel”, sacaron para pintar las cuentas y ponerlas a modo aprobándole al exgobernador Quirino Ordaz sus “cuentas mochas”.

Y para “taparle el ojo al macho” reprobaron las cuentas públicas de todos los municipios, disfraz con el que pretendieron engañar a la opinión pública, cuando todo lo que les observan a los municipios, cabía en un renglón de las irregularidades del gobierno estatal.

Sin el mínimo rubor se ponen a leer poesía y recitar que sus actos políticos, son “actos de amor al prójimo”, como si no se trataran de vulgares truculencias políticas en aras de quedar bien para abonar a la cuenta de lo que viene.

Los diputados de MORENA de la LXIV Legislatura, con su líder Feliciano Castro, le han quedado a deber a la memoria de sus compañeros de la legislatura anterior, así como todos aquellos diputados del PAN y del PRD que abonaron durante décadas con sus luchas, soñando que algún día el barco de la transparencia, la legalidad y la honestidad republicana atracarían en el puesto del congreso del estado para brindar al pueblo de Sinaloa gobiernos honestos, pero ha sido una lástima que en el 2022 se perdió el tiempo en aras de quedar bien con AMLO y el gobernador. Lástima… pobre esperanza.

Comentarios