Tras recibir críticas por falta de transparencia en relación a dos casos de voluntarios que desarrollaron «síntomas neurológicos sin explicación», la farmacéutica AstraZeneca ha tenido que difundir detalles de la tercera fase de los ensayos clínicos de su vacuna contra el coronavirus.
La aparición de estos síntomas inesperados fue en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en el Reino Unidos.
En su informe, la empresa, con sede en Cambridge (Reino Unido), señaló que «una revisión independiente» determinó que en ambos casos «se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna».
Se sabe que la primera participante desarrolló una inflamación de la médula espinal conocida como mielitis transversa tras recibir una dosis de la vacuna. La compañía informó del caso en julio.
Más tarde se determinó que la mujer padecía una esclerosis múltiple que no le había sido diagnosticada y que no estaba relacionado con la vacuna, pues a menudo viene acompañado con mielitis transversa. Por lo tanto, los ensayos fueron reanudados.
La segunda participante enfermó después de una segunda dosis de la vacuna, obligando a detener de nuevo los ensayos el pasado 6 de septiembre. AstraZeneca afirmó que su diagnóstico no había sido confirmado, pero una fuente anónima familiarizada con la situación aseguró al periódico neoyorquino que la enfermedad había sido identificada como mielitis transversa.
Preocupa esta situación.
Expertos señalan que la afección, aunque rara, es grave, por lo que la detección de dos casos entre miles de participantes parece mostrar «un patrón peligroso», opina Mark Slifka, experto en vacunas de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon Estados Unidos.
“La confirmación de un tercer caso sería motivo suficiente para detener la administración de las vacunas de AstraZeneca por completo”, agregó.
Para Paul Offit,un profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del comité asesor de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos, considera que no está claro cómo la empresa o el Gobierno del Reino Unido determinó que el segundo caso no estaba relacionado con la vacuna.
Por estas razones, la empresa AtraZeneca ha recibido duras críticas por no informar públicamente de inmediato sobre el trastorno neurológico desarrollado por las voluntarias después de recibir la vacuna experimental.
En Reino Unido, Brasil, la India y Sudáfrica los ensayos se han reanudados, mientras en Estados Unidos siguen en pausa, según ha dicho el diario The New York Times.