El presidente López Obrador lanzó una “cortina de humo” más para dislocar la comunicación y la discusión sobre los grandes problemas nacionales, como la iniciativa de la nueva ley electoral con propuestas de reformas a 18 artículos constitucionales en abierta contraposición con la oposición, sin haber el más mínimo diálogo y encuentro, como es tradición en las reformas políticas anteriores entre el gobierno y los partidos, con el obvio propósito no de fortalecer la ley electoral, sino crear un ambiente mayor de controversia y crispación del país.
Hace apenas tres semanas, el 17 de abril chocaron en la cámara de diputados MORENA y sus aliados con la oposición, que representa el PAN, PRI, PRD y MC, resultando la paralización de la reforma eléctrica que pretendía el presidente López Obrador por considerarse un abierto retroceso a la industria eléctrica, que de haberse aprobado se hubiera colapsado no solo esta industria, sino todo el conjunto de la economía.
Ese choque y ruptura entre gobierno y oposición se agudizó hasta llegar a la estridencia política con acusaciones de “traidores a la patria” a los diputados que votaron en contra de la iniciativa del presidente, la catarsis se pretende profundizar con la iniciativa electoral, para continuar en la reyerta política y el gobierno siendo incapaz de frenar a los grandes problemas nacionales y tratando de nadar “de muertito” para sufrir el menor castigo de la opinión ciudadana.
Porque las percepciones ciudadanas sobre la ineficacia y fracaso del gobierno en varios aspectos es muy contundente, como lo ilustra la encuesta “polls.mx”, que evalúa el desempeño de AMLO en los rubros de corrupción como muy bien 33% y muy mal 49%, en la vacunación 70% muy bien y 17% muy mal, en economía 39% por muy bien y 42% por muy mal, mientras que la seguridad pública 63% muy mal y 22% muy bien.
Y los otros grandes temas macroeconómicos que están levantando ámpula es el control de la inflación y sostener los proyectos insignia de la 4T, sobre todo cuando la apertura del aeropuerto “Felipe Ángeles” ha sido evidente que fue un gravísimo error suspender y derrumbar el aeropuerto de Texcoco, como también cada vez presenta más grietas el proyecto “Dos Bocas” con las debilidades de interconexión para almacenar y transportar los derivados del petróleo que procese, como son las líneas de ductos que aún no se sabe si serán en Tuxpan, Veracruz, o en Campeche, igual que la interconexión del aeropuerto “Felipe Ángeles” y no se diga la elevación del presupuesto de 8 a 15 mil millones de dólares.
Para rematar con las obras insignias, el Tren Maya “hace aguas” en sus últimas tres etapas, al grado que ya encendió los focos rojos del proyecto e igual que la refinería “Dos Bocas”, el presupuesto se va a disparar y quién sabe en dónde termine.
Finalmente, la política de no empatizar casi con nadie y específicamente los empresarios, se verá hasta qué grado logra acuerdos para atemperar la inflación cuando este miércoles se anuncie el “pacto” de contención económica, aún cuando ya Carlos Slim les envió un salvavidas al anunciar TELMEX en un desplegado que no elevará sus tarifas en ninguno de sus servicios en lo que resta del 2022, habrá costos y veremos los costos de la falta de empatía y disposición al diálogo. Veremos.