Un equipo de médicos y biólogos advierte en un artículo publicado en la revista Science sobre varios grupos que «están trabajando para desarrollar y autoadministrarse intervenciones no aprobadas y no probadas que describen como vacunas para el covid-19».
Entre los actores que persiguen tal objetivo están tanto colectivos como entusiastas individuales, detallan los investigadores.
Uno de ellos es la asociación de científicos estadounidenses Colaboración para el Desarrollo Rápido de una Vacuna (RaDVaC, en inglés). En julio, el grupo reportó haberse administrado una vacuna intranasal de fabricación propia, que consiste de péptidos similares a los del SARS-CoV-2 y presuntamente garantiza la inmunidad local al virus.
Aunque el RaDVaC ha señalado que considera su misión como humanitaria y que solo busca adelantar la omnipresencia de una vacuna contra el covid-19, los métodos de este grupo, que opera conforme al concepto de ciencia ciudadana, están lejos de los requeridos por la legislación, resaltan los autores del artículo.
«La ruta de investigación elegida por RaDVaC —que incluye una intervención casera, un protocolo en evolución y planes poco claros para recopilar y analizar los datos resultantes— contrasta con las rutas tradicionales para el desarrollo de vacunas, que requieren ensayos controlados aleatorios (ECA) con criterios de valoración bien definidos, como respuestas inmunes demostradas, y protocolos relacionados con la retención y uso de datos», indican. Asimismo, señalan que la asociación publicó una guía para la fabricación casera de su vacuna.
Además, existen otros promotores del desarrollo de vacunas contra el covid-19 no regulados. Uno de ellos es el pequeño grupo conocido como Project McAfee, que se inyectó una vacuna ensayada previamente solo en monos. Igualmente, al menos un ‘biohacker’ y un microbiólogo administraron vacunas no aprobadas a varias decenas de personas.
Formalmente, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas in inglés) no tiene jurisdicción en lo que toca la fabricación de vacunas en casa y la difusión de información sobre su creación, no obstante tiene el derecho de regular su transporte a través de las fronteras de estados, resaltan los autores del artículo.