Como buen beisbolista, el presidente Andrés Manuel López Obrador demostró ser gran futbolista. Hizo gala de sus mejores «dribles» para eludir en Culiacancito la manifestación más grande de todas las que se han presentado en la gira de este martes en la zona centro de Sinaloa.
Manifestantes de todo tipo de problemáticas y peticionarios de todo tipo de obra o acción pública se aglomeraron desde el mediodía de hoy en el acceso al Banco del Bieniestar que inauguraría el presidente de la República. Vieron en lo accesible de la hora y el lugar para acercarse al mandatario nacional, como ha ocurrido en la mayoría de sus giras por el país.
Lo que no esperaban era la señal de toque del equipo presidencial.
Para cuando los interesados se dieron cuenta, AMLO ya les había robado el home. Llegó por detrás del banco para posicionarse en el lugar de la inauguración. Manifestantes y peticionarios quedaron regados sobre el terreno. Pancartas abajo.
Las proclamas de «Es un honor estar con Obrador» terminaron en sonidos de lamento como los fanáticos cuando falla su ídolo, el cuarto bate, recibiendo un ponche.
Las peticiones de trabajadores del SNTE, de la Secretaría del Bienestar y de vecinos de Culiacancito quedaron para una mejor ocasión, para la revancha.
