El producto maíz para Sinaloa, su problemática y sus resultados con el precio actual de la cosecha 2023, no es tan solo un asunto de si gana o pierde el productor agrícola, sino que representa una cadena de valor de efectos multiplicadores, que, en una economía de la escala de Sinaloa, representa el 20 por ciento de toda su economía, una quinta parte de toda la producción sinaloense.
El valor total de la producción sinaloense ronda ya los 500 mil millones de pesos, donde el valor total de la cosecha de maíz en 2023 alcanzara los 40 mil millones de pesos, pero los efectos multiplicadores de su cadena de valor, rondará los 100 mil millones, por lo que el resultado de las negociaciones que obtenga los productores en su lucha por los 7 mil pesos por tonelada de maíz, será determinante para los daños colaterales que tendrán si no se logra.
Efectivamente habrá daños colaterales, pero el principal, recaerá en el motor que jala esa cadena de valor, el productor agrícola, porque es el que tiene el producto final y es el que sale más perjudicado, y lo es porque en el recae prácticamente todo el daño de un precio insuficiente para la tonelada de maíz.
¿Usted cree que el productor de fertilizantes le hará algún descuento sino lo logra? O ¿acaso piensa que en el pago del agua le van a descontar y le darán el vital líquido para poder sembrar? O el que proporciona la semilla ¿le hará alguna resta para auxiliarlo?
No, nada de eso ocurrirá y el efecto directo al productor puede ser la perdida de 6mil a 8mil millones del valor de la cosecha. Reduciendo hasta 32 mil millones, de ese tamaño será el golpe que tendrá que pagar si no alcanza los 7 mil pesos.
Y si usted multiplica el efecto en cadena, puede sumarse en pérdidas entre 12 y 15 mil millones de pesos, sumando un total de poco más de 20 mil millones de pesos, una perdida mayúscula para los productores si, y para la economía sinaloense, la pérdida de un 4% de su riqueza total del 2023, que, si lo traducimos en daño a la población, serían más o menos el ingreso de 25 mil familias sinaloenses.
Pero todos aquellos que hablan de macro política y modelos económicos, más allá de todos ellos y de las ideologías, con visiones distintas para tratar a los productores, al final del día, los efectos perniciosos de un precio injusto para el maíz sinaloense, repercute en el mundo de los trabajadores y peor aún en los más pobres. Qué razón guarda aquello de que con la comida no se juega.
Por eso la discusión con visiones “chatas” entre pobres y ricos resultan estériles y hasta nocivas, cuando se habla de políticas públicas y más aún sobre economía, se tiene que visualizar todo el horizonte de la sociedad, porque si no, van a provocar daños, división e irritación social, peor aun cuando se tienen soluciones a la mano.
La soberbia del poder no sirve más que para cometer tonterías, por lo que ojalá nuestros gobernantes a quienes eligió la mayoría de la gente, esa misma gente que forma una pluralidad de ideas y circunstancias, y a la cual se debe de atender como un conjunto y no con divisiones, ojalá esos, entiendan que es hora de bajarse del ladrillo.
No pretendan seguir engañando y maltratando a los productores, la negociación es para ayudar no para humillar.