La secretaria de Economía, la sinaloense Tatiana Clouthier, en uso de sus facultades y atendiendo los procedimientos de supervisión que establece las mínimas normas de seguridad en el uso de automóviles, que establece la norma 236, que mandata la revisión vehicular cada dos años de los automóviles con más de 4 años de antigüedad, hasta que cumplan los nueve años y de ahí en adelante será cada año, decisión que provocó el rechazo del presidente López Obrador, frenándola en razón a que obedece a “resabios del pensamiento conservador tecnocrático” que aún prevalece en su gobierno.
“No vamos a estar bolseando a la gente, pero esa era la mentalidad que prevalecía y no se ha ido todavía, son procesos de cambios, de transición, hemos avanzado mucho, pero falta”, afirmó categórico ante la medida de la secretaria de economía.
Como es de todos conocido, la verificación vehicular se estableció a fines del siglo XX, principalmente en la capital del país, primero como un mecanismo de control a la circulación indiscriminada de vehículos (tres millones había entonces en la capital del país), que se consideraba uno de los factores más determinantes en la contaminación ambiental del Valle de México y con ello una medida importante para disminuirla, además de que empezaban los usos de catalizadores y verificación mecánica para mayor seguridad de todos.
Fue el PRD, con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, quien estableció esa política a partir de 1997, cuando incluso el inolvidable Heberto Castillo proponía la construcción de diez abanicos gigantes para lanzar los gases de carbono a la atmósfera y que muchos tildaron hasta de loco, pero el tiempo siempre resulta el mejor juez, y después de su muerte hubo quienes lo reconocieron.
La medida, como todo lo que hacen los gobiernos, fue atacada por algunos hasta que se instituyó y se convirtió en una sana práctica que aún prevalece como el “Hoy no circula”.
Es evidente, con esa experiencia, que la propuesta de Tatiana Clouthier no es ningún acto “conservador”, ni resabio tecnócrata, no solo por su eficacia como mecanismo de control vehicular, atmosférico e incluso de seguridad, sino porque AMLO era presidente del PRD cuando eso se implementó en la capital del país.
Y si se quiere abonar más, tampoco se trata de andar “bolseando” a nadie, porque los costos de la aplicación de la NOM-236 es de 900 pesos cada dos años, pues no resulta oneroso para el más modesto automovilista.
Al final del día, de lo que se trata con AMLO y la 4T es hacer politiquería de cualquier cosa, incluso negando su pasado, como si su función esencial fuera gobernar y no andar permanentemente en campaña electoral, y si a esas va pues que de una vez decrete que los trabajadores no paguen impuestos, pues sí ¿No?
Y si así se considera por AMLO que 900 pesos son muchos, que es bolsear a la gente, pues que lo reduzca, pero no le puede quitar la razón a la secretaria de economía, que la nueva NOM- 236 es una medida de protección civil para casi 40 millones de automovilistas y sus familias ,no se diga para el medio ambiente