Teuchitlán: El macabro hallazgo que ya no sorprende a México

    El hecho de encontrar 400 pares de zapatos y un sinnúmero de maletas de viaje fue el paisaje que encontraron grupos de familias de personas desaparecidas.

    Vivimos en un país donde parece que ya nada nos sorprende; el hecho de encontrar 400 pares de zapatos, un sinnúmero de maletas de viaje, ropa diversa de hombres, mujeres y niños, y restos humanos indescriptibles, una tétrica emulación de aquellos hornos crematorios y campos de concentración que el régimen hitleriano impuso en la Segunda Guerra Mundial. Así fue el paisaje que encontraron grupos de familias de personas desaparecidas, quienes buscan a los suyos día y noche. Encontraron el tétrico lugar en Teuchitlán, Jalisco.

    Un vivo retrato de un México violento, salvaje y sin seguridad, qué aumentó en los últimos años, donde la impunidad reina prácticamente en todo el país.

    Desde antes de la pandemia se conocieron desapariciones masivas de migrantes que ejecutaron los narcotraficantes y polleros, sembrando fosas con sus restos en múltiples lugares del país.

    Otro tanto ocurrió durante la pandemia, cuando los servicios médicos forenses no se dieron abasto con las cremaciones; fueron muchos los cadáveres que se enterraron clandestinamente y no solo eso, sino que hubo casos como el de Oaxaca, donde una funeraria mantenía resguardados más de 60 cadáveres congelados.

    Pero la peor etapa, es la que se ha vivido en la época de 4T, con su política de abrazos y no balazos, que ha sonado como una tétrica consigna, cuando en el sexenio de AMLO asesinaron a más de 200,000 personas y desaparecieron nada más que 50,000.

    Ha sido un periodo tan terrible, que en 14 estados del país la violencia es incontrolable y que de las 10 ciudades más violentas del mundo, 6 están en México, más de la mitad.

    México ha llegado al nivel de ser un estado fallido que ha perdido la gobernabilidad, la estabilidad, la paz social y el estado de derecho con el imperio de la violencia y ponderando la ley del más fuerte, como en la selva.

    Pero encontrar un cementerio crematorio como el de Teuchitlán, Jalisco, tal parece que ya no asombra a nadie, y ningún gobernador rinde cuentas a nadie. Como ocurre aquí en Sinaloa, ya los más de 1000 asesinatos y el millar de desaparecidos en lo que va de guerra entre el crimen organizado, cuando no pasa nada, y las autoridades del gobierno estatal y municipal, como el caso de Culiacán; cínicamente pululan ante el dolor, el miedo y la rabia de los ciudadanos. Parece ya más costumbre.

    Sí, la mera verdad, ya llegaron al extremo que nada nos sorprende, que cualquier cosa puede ocurrir y seguiremos insensibles hasta que el dolor y llanto toquen a nuestra puerta.

    No existe gobierno ni en Sinaloa ni en el país; parece que nuestra decadencia es tal, que nos merecemos ese castigo por insensibles, indolentes y apáticos. Qué tristeza.

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