En prácticamente todas las ciudades del país en donde se llevo a cabo marcha por la defensa de los organismos autónomos, por la democracia y el respeto al estado de derecho, fue un éxito con respecto a las anteriores en defensa del INE y la Suprema Corte.
Más de dos millones de personas se movilizaron en todo el país, en cinco ciudades de Estados Unidos y cinco de Europa, retumbaron los gritos en contra del gobierno de AMLO por el atropello a los institutos y su lúgubre frase de “no me vengan con que la ley es la ley”.
Desde la Ciudad de México, pasando por Chicago para llegar a París, los ciudadanos se hermanaron para cuestionar un gobierno que amenaza con convertirse en dictadura, apelando a que según ellos son la salvación del país y que las instituciones construidas durante los últimos 30 años solo han servido a “los neoliberales”, como si no supieran que ellos mismos fueron participes en la construcción de esos escalones de la democracia mexicana.
Lamentable si, a los niveles a los que ha llevado nuestras instituciones degradándolas, disminuyéndolas y desprestigiándolas, desde la más alta tribuna que se ha creado el presidente: sus mañaneras.
Y ha ocurrido ahora, precisamente para despertar las conciencias de los riesgos mayores que se advierten como pretende la 4T crear una autocracia gubernamental, el gobierno de una sola persona y amenaza para ello, convertir el proceso electoral que acaba de empezar en el cual se elegirá el relevo presidencial, en una mascarada electoral llevando a cabo una elección de estado.
Si, una elección donde el partido en el gobierno, MORENA, se mantenga a toda costa e incluso, aspiran a tener la mayoría constitucional (el 66% de la votación, aspiraciones que reflejan sus ambiciones políticas y de que son capaces de echar mano de cualquier maniobra, como un fraude electoral y hasta echar mano del ejército.
Por eso no es casual lo que muchos amigos comentaron del ambiente que flotaba en la atmosfera, comparando los días, como los días de 1968, cuando el tirano Díaz Ordaz masacro a las juventudes universitarias en el Distrito Federal.
Como tampoco es casual las peroratas que el presidente López Obrador dedica a todo aquel que disiente con él, como si el desempeño de los servidores públicos, más aun el del presidente de la república, no estuvieran sujetos al escrutinio de la crítica popular.
La marcha nacional de este domingo, donde cientos de miles de ciudadanos salieron a gritar un ¡BASTA! a la intolerancia y abuso de poder, así como un alto a la división del país.
Así fue, efectivamente un grito contra la intolerancia y la polarización, pero también considero, un no se atrevan a manchar de violencia y sangre el país, demandando respeto a la democracia electoral el próximo 2 de junio. Felicidades.