«Cuando te sientas triste, cuando te sientas mal, ven a abrazarme». Ese es el lema del primer y único salón de abrazos profesional de Polonia, en la ciudad de Katowice.
«Debido a la gran demanda, es necesario concertar cita incluso con varios días de antelación. No esperaba que hubiera tanta gente interesada, aunque es triste cuántas personas se sienten solas», confesó su propietaria, Anna Kasperek, en una reciente entrevista a Jam Press, citada por el diario New York Post.
Este servicio consiste en una sesión de abrazos, de entre 30 minutos y 2 horas. Después de presentarse, Anna le pregunta al cliente sobre cualquier problema de salud que tenga o si está bajo la influencia del alcohol o las drogas.
También se le advierte que cualquier comportamiento que constituya cruzar los límites sexuales, dará como resultado la finalización inmediata de la sesión. «¡El servicio es platónico, sin matices sexuales!», dice en la página web del salón.
Actualmente, su negocio ya cuenta con una base de clientes estable, especialmente de personas entre los 40 y 60 años, que suelen acudir una vez a la semana para una sesión de una hora, con el propósito de aliviar la soledad y otros problemas emocionales.