Culiacán, Sinaloa.- Tiene una memoria tan lúcida, que parece la de una niña de 10 años.
Doña Licha, tiene casi nueve décadas de edad, pero recuerda perfectamente su niñez.
Hoy, cuando se celebra el Día del Niño la señora Elisa Loredo Solano a sus 88 años, deja pasar a su casa a ReflectoresMX para contar cómo eran aquellos tiempos.
Con una impecable cabellera plateada llena de historias que contar, doña Licha, bien perfumada para la entrevista, saca una silla de madera sólida por si sola al patio de su casa, se coloca nuestro micrófono y sonríe para la foto.
Entonces hace memoria sin problema, de esos valores, que asegura, se han ido perdiendo con el paso de los años en los niños.
Recuerda los festejos que se hacían en los años 30’s, cuando tenía sólo cinco años, y dice no era necesario gastar tanto dinero para hacer feliz a los niños.
Cuando tenía menos de 10 vivía a unas pocas calles del Mercado Municipal de Guasave, donde corría, jugaba a la matatena o a la “gallinita ciega” con el resto de sus vecinitos. Los tiempos eran otros.
En plena niñez, a sus 7 años sufrió la separación de sus padres, ella y su hermano, se tuvieron que ir a vivir con su abuelo, quien era español.
Aunque reconoce que tuvo una niñez un tanto difícil, cuando su padre los abandonó, nunca dejó de ser una niña inocente que logró salir adelante con el apoyo de familiares y el valor de la religión.

Aún sin la ayuda de su padre, Elisea pudo hacer su primera comunión.
Los niños deben ser niños.
“Para mí, los niños de hoy deben de dedicarse a ser niños, a disfrutar de esa época tan hermosa de la vida”, afirma la señora, también madre de nueve hijos y abuela de 19 nietos.
No hacerlos sentir grandes cuando no lo son. Dejarlos vivir en plenitud, y para eso, los padres son los responsables, sostiene.
Para la también bisabuela, los valores para educar a nuestra niñez lamentablemente se han ido perdiendo, como han ido creciendo los problemas.
Enumera la inseguridad, la mala educación de los padres y la dependencia a la tecnología a muy temprana edad.
Los niños, afirma, deben dedicarse a ser niños, a disfrutar y si bien los niños tienen derecho a un celular, todo debe ser con medida.
“En mi niñez no teníamos temores de que a los niños pudieran pasarle algo. Podíamos correr libremente. No había robachicos. Jugábamos a las escondidas. La calle antes era de los niños. Hoy la calle para un niño es peligrosa. Todo era muy diferente”, narra doña Licha, quien tuvo dos hermanos, pero uno murió pequeño.

Destaca que hoy, un error de los padres es aceptar que los niños sean quienes ordenen o manden en la casa. Es un tema que considera importante atender a tiempo para formar mejores personas y por ende, ciudadanos ejemplo para el futuro.
La madre de ocho varones y una mujer, valora la educación que ella recibió y que después transmitió a sus hijos.
El valor de los padres, asevera, es esforzarse porque sus hijos sean felices, como los suyos, quienes si bien, crecieron con algunas carencias, nunca les hizo falta el amor y la comprensión.
A sus 88 años de vida, doña Licha, sigue recordando su niñez. Como cuando corría por el barrio. Cuando iba a la escuela.
Cuando jugaba a las escondidas con sus amigos, cuando hizo una muñeca de cartón para jugar. Cuando fabricó hace 76 años su primer vestido para poder hacer su primera comunión. Todo como si fuera ayer.