La generación Beta, integrada por aquellos nacidos entre 2025 y 2039, no sólo representa el futuro, sino que estará profundamente influenciada por avances tecnológicos y cambios sociales sin precedentes.
La generación Beta abarca a las personas nacidas entre 2025 y 2039, hijos de los millennials (Generación Y) y los mayores de la Generación Z.
El término “generación Beta” se deriva del alfabeto griego, siguiendo a la Generación Alfa (2010-2024). Según McCrindle, la elección del nombre refleja el impacto transformador de un mundo en constante evolución tecnológica, donde cada nueva generación se ve moldeada por entornos digitales cada vez más avanzados.
Este cambio simbólico resalta el inicio de una era caracterizada por una dependencia total de la tecnología, lo que diferencia a estas generaciones de las previas, que aún vivieron una transición más gradual hacia la digitalización.
Además, crecerán en un entorno donde los conflictos geopolíticos, las desigualdades económicas y las crisis de recursos serán temas centrales. Estos factores, combinados con la acelerada urbanización y la necesidad de adaptarse a entornos laborales altamente automatizados, exigirán que desarrollen habilidades resilientes y enfoques colaborativos para resolver problemas.