Se ha decretado el presupuesto federal para el 2021 y a todas luces para los gobiernos locales va a ser complicado, a tal grado que los diputados también modificaron la ley de disciplina financiera para que los estados y municipios tengan soporte legal para endeudarse y sacar adelante sus atolladeros económicos y financieros.
Lo que disfrazaron como una estrategia anticorrupción, la desaparición de los fideicomisos, representa el estigma de lo que son capaces de llevar a cabo los del gobierno de la 4T, con tal de tener para tapar los hoyos financieros que tienen con todos los proyectos de AMLO, acoplado con la crisis insoluble de PEMEX y CFE, que a toda costa pretenden regresarles al status legal y operativo que tenían antes de la reforma energética.
La desesperación es tal, que aunque AMLO no acepta aún pedir préstamos para enfrentar la crisis económica del país y construir una gran alianza con los empresarios mexicanos, es precisamente porque no han comprendido que esta no es una crisis nacional sino mundial, en la que las capitales en ninguna parte del mundo hayan salida, porque en todos lados están igual, precisamente porque no se trata de una crisis provocada por las cúpulas económicas de ningún país sino por la pandemia, pero eso sí cómodamente aceptan que los estados y municipios se endeuden como lo han indicado en esa reforma a la ley de disciplina financiera.
Es obvio que hasta hoy todos los ahorros, recortes, cobros extraordinarios de impuestos y la austeridad más absoluta no bastan para sostener y darle viabilidad a los proyectos de obras gigantescas y sociales que se ha propuesto la 4T de manera permanente, por la sencilla razón de que son inversiones algunas con rentabilidad cero y otras a mediano y largo plazo, por lo que sus frutos (si los hubiera) serán de mediano plazo.
El presupuesto 2021 es deficitario y abusivo que provoca que los estados, municipios, empresas, trabajadores y consumidores sean los que paguen la crisis de la pandemia, y lo más grave es que no se construya un plan y una estrategia anti crisis, creyendo que sus programas de gobierno y las obras anunciadas a principios de octubre serán una palanca cuando apuntan a un discursos más.
No suspenden ninguna obra y ningún programa de AMLO, como tampoco no construyen un programa junto con las empresas, los trabajadores del país y los gobiernos locales, están trazando un camino al fracaso y seguramente al derrumbe de este gobierno.
El presupuesto 2021 es la muestra más clara de que solo quieren tener el dinero de los fideicomisos para etiquetarlos y gastarlos el gobierno federal.
Si se dan los pronósticos de que la pandemia no tendrá solución hasta el segundo semestre del 2021 y que la crisis económica será mucho mayor y muy prolongada, es un crimen lo que está haciendo el gobierno de la 4T.
Si los rebrotes de la pandemia se vuelven incontrolables y crecen todavía más los contagios y muertes, se tendrá que cerrar prácticamente todo, que después de lo que ya vivimos durante los seis meses pasados, serán mucho más brutales las consecuencias. Ojalá y no.