El día en que mataron a un Gobernador: el caso Rodolfo T. Loaiza

    En Sinaloa, era de todo el mundo conocido que el gobierno del coronel Alfredo M. Delgado, tenía una fuerte predilección por Rodolfo T. Loaiza y la administración trabajaba para inducir su candidatura en el proceso electoral de julio 7 de 1940, fecha coincidente con la elección presidencial. Los hechos sangrientos del Hotel Rosales, en que perdiera la vida el mazatleco Alfonso Tirado, en cierta manera le despejaron el camino a Loaiza, en busca de la gubernatura, pues hubo de enfrentar las aspiraciones del apóstol del olivo, Guillermo Liera Berrelleza, quien fue postulado por el Partido de la Revolución Mexicana, con el apoyo del candidato presidencial, Manuel Ávila Camacho. También buscó la gubernatura, el Ramón F. Iturbe, quien deseaba un segundo mandato en Sinaloa y militaba en las filas del partido Democrático que postuló la candidatura presidencial de Juan Andrew Almazán.

    Las aspiraciones de Rodolfo T. Loaiza, estaban respaldadas también por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río. Loaiza se apoyó en el partido de Acción Revolucionaria Sinaloense y con la participación de los jóvenes Miguel Leyson Pérez y Leopoldo Sánchez Célis.

    El coronel Rodolfo T. Loaiza se había iniciado en el proceso revolucionario de 1910, con la Toma del Puerto de Mazatlán, por las fuerzas dirigidas por Álvaro Obregón, quien era el Comandante del Ejército del Noroeste y quien tenía como segundo al mando, Ramón. F. Iturbe.Loaiza, después hizo carrera política, al lado del Presidente Emilio Portes Gil, quien lo nombró Jefe del Estado Mayor Presidencial.

    Luego Loaiza fue diputado federal y senador de la República. En Los Mochis, todavía se recuerda la masacre donde hubo muchos muertos y heridos, aquel 12 de mayo de 1940. Resulta que la Ley Electoral de la época permitía que los grupos contendientes realizarán descubiertas a manera de desfile para medir fuerzas y esto se llevó a cabo, ante la presencia del candidato presidencial del PRM, Manuel Ávila Camacho, quien presenciaba, desde el balcón del Hotel Montecarlo, el paso de los grupos de Loaiza y Liera. 

    Guillermo Barraza Castro, me narró que al paso de los contingentes de Loaiza, los Lieristas les lanzaron puyas políticas y pronto hubo respuesta de los primeros, protagonizándose un enfrentamiento armado, que fue apoyado por agentes fusileros de la Policía Judicial, que estaban apostados en las azoteas del Hotel y dispararon contra la multitud. El candidato presidencial mostró enojo y le reclamó al coordinador de su campaña, Gonzalo N. Santos. “ Esto es un baldón en mi campaña”. Otra fuente presencial en los hechos me narró que así sucedieron los hechos. Se trata de mi tío abuelo, Cástulo Acuña Carmona, quien se desempeñaba como agente de la Policía Judicial en esa época y me dijo que “ellos recibieron órdenes del gobierno para disparar a la multitud”.

    Las elecciones constitucionales para gobernador del Estado y diputados al Congreso del Estado se celebraron el domingo 7 de julio de 1940, mientras que la elección para alcaldes y regidores, se celebró el día 1 de noviembre de ese mismo año. Fueron difíciles para el gobierno del estado, pues por un lado se tenía la fuerte presencia de Almazán contendiendo para la presidencia de la República, con el apoyo de Roberto Cruz, quien fue conminado después de un encuentro con Ávila Camacho, para dejar de apoyar a Almazán y pedir respeto para la persona del general Cruz, en el momento en que fuese a votar a su casilla electoral, en la ciudad de Los Mochis. Como a Guillermo Liera Berrelleza, lo apoyaba el candidato presidencial, entonces, Rodolfo T. Loaiza, jugó de manera independiente. Como el control del aparato electoral, lo tenía el gobierno de Alfredo M. Delgado, los resultados electorales en los Comités Distritales, fueron para Loaiza, quien se declaró vencedor de la elección.

    Una vez que se instaló la nueva legislatura, el 15 de septiembre de 1940 y de validar la elección de sus propios diputados, fue en la sesión del 19 de septiembre, en que la XXXVII Legislatura del Congreso del Estado, presidida por el diputado Eladio Ezquerra, como presidente y el legislador Antonio R. Castro, como Secretario, emitieron el decreto No. 3 de esa fecha, en la que se estableció que “es válida de toda validez, la elección del día 7 de julio del presente año, para el cargo de Gobernador Constitucional del Estado, el C. Rodolfo T. Loaiza, quien cumplirá el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1941 al 31 de diciembre de 1944”. Ese mismo día el decreto fue enviado al Gobernador Alfredo M. Delgado para su publicación en el periódico oficial y así fue publicado en la gaceta oficial del Estado, firmando el Gobernador Alfredo M. Delgado y su Secretario General de Gobierno, el Lic. Alfredo Cristerna.

    Uno de sus primeros nombramientos que hizo el Gobernador Loaiza, fue el de Alfonso Leyzaola, para ocupar la Jefatura de la Policía Judicial del Estado. Venía ampliamente recomendado por su antecesor, el exgobernador Delgado. También nombró como Secretario General de Gobierno, al Lic. Teodoro el “Mayo” Cruz. En la obra “Los Gobernadores de Sinaloa ante la Historia que patrocinó Heriberto Galindo, el historiador Nicolás Vidales, narra que “ con pocos pesos en el erario local y la permanente negativa de apoyo presidencial, el gobernante atendía a duras penas los problemas sociales”. Sin embargo y a pesar de los obstáculos, construyó escuelas, impulsó la apertura de caminos, atendió los problemas de salud más sentidos de la población y alentó la formación de expedientes de solicitantes de tierra, que afectaban los latifundios y haciendas del sur de Sinaloa. También combatió discrecionalmente el cultivo de goma de opio en la serranía sinaloense. 

    En Culiacán se construyó la Casa Hogar y dos pabellones en el Hospital Civil. Fue prolongado el Paseo Humaya y remodelado el boulevard Francisco I. Madero. Se pavimentaron la calle Ángel Flores al oriente y dejó empezados los trabajos similares en las calles Ignacio Zaragoza, Juan Carrasco, Morelos y Donato Guerra. En Mazatlán se inició la pavimentación de calles, luego de concluidas algunas obras de drenaje; se terminó el edificio del Gobierno del Estado y las oficinas municipales; se inició la construcción del hospital del puerto y se proporcionó ayuda para la edificación del estadio de béisbol. Se introdujo la energía eléctrica en Concordia; el agua potable en Escuinapa y Guasave, así como en Mazatlán, Navolato, Topolobampo, La Cruz y El Roble.

    Además de la Escuela de Aviación, el régimen loaicista concentró en la ciudad de México a italianos, nipones, alemanes radicados en Sinaloa, creando a la vez, comités de defensa civil; todo ello, a consecuencia de la conflagración mundial. Por las acciones de gobierno en contra de los amapoleros, fue que se dio la muerte de Alfonso Leyzaola, aquel 31 de marzo de 1941, en el rancho de Los Alisos, Badiraguato. Óscar Lara Salazar, describe el final de los días de Leyzaola, en su libro “ La Carraca”. Por cierto, mi abuelo, el Mayor Gorgonio Acuña Carmona, fue comisionado por el Gobernador Loaiza, para recoger y trasladar el cuerpo de Leyzaola. Para ello, el Mayor Acuña, reunió un grupo de gente armada y con sus hermanos Cástulo y Juan Acuña, se dirigieron a Badiraguato, mandando previamente un aviso de la encomienda, pidiendo que ningún poblador se acercara a donde estaba el cadáver de Leyzaola, porque iban a disparar. El Mayor Acuña cumplió con lo ordenado y no tuvo contratiempos.

    El 16 de septiembre de  1943, en su último informe de gobierno, el Coronel Rodolfo T. Loaiza dijo: “De dos cosas tengo una profunda convicción: de que conservo la confianza del pueblo para seguir guiando sus destinos, y de que para mantener esa confianza, los mejores títulos han sido los propósitos hasta hoy realizados y los que me propongo realizar hasta el termino de un mandato que el pueblo me ha conferido”. Ese deseo del gobernador nunca llegó a cumplirse, pues fue asesinado en la madrugada del martes de carnaval, 21 de febrero de 1944, en el patio del Hotel Belmar, en Mazatlán, Sinaloa.

    El reloj marcaba casi las dos de la mañana y la fiesta continuaba en el patio del Hotel Belmar. Una orquesta se encontraba amenizando la fiesta carnavalera y las mascaritas se paseaban por todo el salón. El periodista “Chato” Duarte que se encontraba en el medio de la algarabía del Salón Andaluz, narró en el periódico “Cronos” su versión sobre los hechos sangrientos en que perdiera la vida el gobernador Loaiza. “ Una dama de las que asistían al baile suplicó al gobernador Loaiza que ordenara al director de la orquesta que interpretaran la pieza musical llamada “El Coyote”, para que Carmina de Rueda, reina de los juegos florarles, bailara con un joven el zapateado, mientras el gobernador permanecía en la mesa de honor.

    La dama se dirigió con el director de la orquesta y estaba solicitándole la pieza para el bailable, cuando de repente, se apagaron las luces en el salón y se escucharon detonaciones, cayendo instantáneamente muerto el gobernador Loaiza”. En efecto el cuerpo de Loaiza quedó recostado sobre la mesa en medio de un charco de sangre, al tiempo que la gente gritaba, “fue el gitano, fue el gitano”. El reloj Elgin de oro del gobernador, dejó de funcionar a las 01:50 am del 21 de febrero de 1944.

    Que fue lo que sucedió después de haberse cometido el asesinato que fue atribuido a Rodoldo Valdez, alias “ El Gitano”? El hombre más temido de la región sur de Sinaloa, efectivamente salió apresuradamente del lugar y en su huida, se topó con un joven norteamericano, al que mató con su pistola. El presunto asesino fue perseguido y capturado un año más tarde e internado en la prisión militar de Mazatlán.

    Luego vendría su fuga del lugar y anduvo escondiéndose en el monte y en las poblaciones donde era protegido, hasta que se pactó su entrega, bajo la promesa de hablar con el Gral. Lázaro Cárdenas, a quien contaría la verdad de los hechos.

    Don Pepe Garzón, originario de Concordia me confió en una ocasión durante una larga charla, que a través de él se hizo la entrega del gitano a la autoridad militar y para ello se quedaron de ver en una mina de la región de Concordia. Luego fue trasladado a Villa Unión, donde tomaron el tren ya en calidad de detenido, hasta la ciudad de México, donde fue internado en la prisión de Lecumberry.

    Luego vendrían las declaraciones del gitano inculpando de la autoría intelectual del asesinato de Loaiza, al Gral. Pablo Macías Valenzuela, quien era un fuerte aspirante al Gobierno del estado de Sinaloa. Por ello, el periodista Antonio Pineda, cabeceó en el Regional “Macías asesino” lo que incomodó al general Macías, produciéndose el destierro de Tónico a la ciudad de México.

    Con el paso del tiempo y ya siendo gobernador del estado, Leopoldo Sánchez Célis, Tónico me platicó que por instrucciones del gobernador, visitó al gitano en la prisión de Lecumberry. En esa entrevista, Rodolfo Valdez, le dijo a Tónico que él no había matado a Loaiza. Que si había estado ahí en el Salón Andaluz, pero que él no jaló el gatillo. 

    Sánchez Célis, reclamó a Rodolfo Valdez ante la Secretaría de Gobernación, alegando que era un reo del orden estatal y logró su traslado al penal de Aguaruto. El gitano ya venía muy enfermo y Don Leopoldo ordenó su excarcelación y lo trajo a vivir a una casa contigua a la Casa de Gobierno, por la calle Río Elota, de la colonia Guadalupe, donde era atendido por el rector de la Universidad de Sinaloa, el Dr. Julio Ibarra Urrea. A pesar de los cuidados y por el avanzado estado de su enfermedad, el gitano murió en libertad en nuestra ciudad capital.

    A comienzos de los años 40, en una suite de un hotel de Cleveland, Bugsy Siegel miembro de la familia de la mafia italo americana, con sede en Nueva York, propuso a la mafia dirigida por Lucky Luciano y Meyer Lanzky, importar heroína y morfina desde las montañas agrestes del triángulo dorado de México.

    La costa del noroeste mexicano era un hervidero del cultivo de la amapola y sus derivados. Miles de chinos que habían llegado a esa zona a fines del siglo XIX para la construcción de la red ferroviaria, habían diseminado por todo Sinaloa y Sonora el cultivo de esa planta.

    Se sabe según los registros oficiales del FBI que el gobernador Loaiza, al igual que el Gral. Pablo Macías Valenzuela, quien pretendía tener el control del tráfico incipiente, tenían participación pues, el gobierno mexicano había suscrito un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para que se sembrase amapola en las regiones serranas y poder surtir de enervantes a las tropas del Ejército de estados Unidos en plena segunda guerra mundial. Todo era un círculo de corrupción, pues, agricultores adinerados, alcaldes, jefes de policía y cultivadores locales incipientes, se habían hecho del control de la producción y tráfico de adormidera en Sinaloa.

    Hay registros de la presencia de Bugsy Siegel en la región serrana de Badiraguato, donde enganchó a los cultivadores de la droga y al parecer tuvo contacto también con el Gral. Pablo Macías Valenzuela. Como la actitud del gobierno del Coronel Loaiza fue cambiante y discrecional, se empezaron a tumbar los plantíos en la sierra de Sinaloa y ello molestó a Bugsy Siegel, quien habría ordenado el asesinato del gobernador Loaiza.

    De ello también se inculpó al Gral. Pablo Macías Valenzuela, pues la Secretaría de la Defensa Nacional le hizo una corte marcial e intentó detenerlo cuando viajaba en tren hacia la ciudad de México. Don Guillermo Barraza Castro, me contó que cuando el general Macías estaba llegando a la estación de Tequila, Jalisco, fue alertado de que en la estación de Guadalajara, el Gral. González Gallo, lo estaba esperando para detenerlo.

    Macías se escabulló y logró llegar a la ciudad de Puebla, donde se entrevistó con el Gral. Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente de la república y recibió total apoyo en su juicio, siendo declarado inocente. Al final, el pueblo había dado su veredicto, pues se consideró a Rodolfo Valdez, alias “El Gitano” como el asesino del Coronel Rodolfo T. Loaiza, quien no pudo terminar su mandato, siendo sustituido por su Secretario General de Gobierno, el Lic. Teodoro “ El Mayo” Cruz, quien fue designado por el Congreso del Estado, como gobernador Sustituto de Sinaloa.

    Comentarios