El gobernador que sentó las bases del desarrollo en Sinaloa

    Corría el año de 1968. Leopoldo Sánchez Celis hacía preparativos para su sucesión. Prácticamente las cartas con las que jugaría, estaban a la vista de todos. La quinteta estaba integrada por Miguel Leyson Pérez, de origen guasavense quien había sido presidente de CAADES y se desempeñaba como presidente del CDE del PRI; el senador Amado Estrada Rodríguez, quien había ocupado la alcaldía de la capital sinaloense y para el 5 de enero de 1968, había sido nombrado como Delegado del CEN del PRI en el estado de Michoacán.

    Otro integrante de la quinteta era, Alfredo Valdés Montoya, originario de la Villa de Ahome y quien había sido invitado por don Leopoldo para integrarse al gabinete como Tesorero del Estado.

    Otro de los integrantes era Ernesto Millán Escalante, miembro de una de las familias mas conocidas en Culiacán y que fue apoyado por Carlos Hank González, gran amigo de Sánchez Celis. Se dio a conocer cuando vino a Sinaloa a inaugurar las tiendas DICONSA. El quinto miembro de la quinteta era el senador Manuel Sarmiento y Sarmiento.

    Quienes si se promovieron en volantes, en el que se incluían sus fotografías, fueron Antonio Toledo Corro, Guillermo Liera Berrelleza y Fernando Uriarte, aunque el propio Toledo Corro, en un desplegado publicado en el periódico El Sol de Sinaloa, afirmaba que él no se había “autopostulado».

    Para el 4 de abril, el presidente del CDE del PRI, Miguel Leyson Pérez, declaraba que “ningún aspirante cuenta con el apoyo del PRI”. Mientras en la Comisión Estatal Electoral, que presidía Fortunato Álvarez Castro, en su calidad de Secretario General de Gobierno, recibía el registro de los partidos políticos PAN, PRI, PPS y PARM, para participar en el proceso electoral, para la renovación del Poder Ejecutivo, las alcaldías y el Congreso del Estado.

    También en el Congreso, se hacían modificaciones a la Constitución Política del Estado, reduciéndose el plazo para presentar renuncias a aquellos funcionarios que tuviesen aspiraciones y se fijó el plazo de tres meses, según lo dio a conocer el diputado por El Fuerte, Miguel H. Ruelas. El ambiente político en Sinaloa para los últimos días de junio, iba en aumento.

    Se había convenido con el CEN del PRI, que su presidente haría una gira a Sinaloa y para el día 30 de ese mes, Alfonso Martínez Domínguez, hacía su arribo al aeropuerto federal de Bachihualato. Ahí fue recibido por el gobernador Leopoldo Sánchez Celis y por toda la clase política del estado. Martínez Domínguez descendió del avión y cuando se encontró con Sánchez Celis, mientras se daban un fuerte abrazo, le dijo  “Polo. Te traigo un mensaje que te envía el señor Presidente. El candidato del PRI, será Renato Vega Alvarado.

    Polo le contestó y esgrimió sus argumentos: «Mira Alfonso. Yo solo te pido que recorras el estado, que veas a su gente, que los recibas y después de hayas efectuado el recorrido, tu decidirás si me haz dado el recado o no”.

    Ante la postura de Sánchez Celis, que significaba enfrentarse a una decisión tomada por el presidente de la república, Martínez Domínguez le reviró. “Polo. Sabes lo que me estás diciendo. Esto te puede acarrear serios problemas con el señor presidente Díaz Ordaz”, a lo que Sánchez Celis, volvió a contraatacar y le dijo: Mira Alfonso, se muy bien en lo que me estoy metiendo y lo se desde que tomé posesión de la gubernatura. Así que no te preocupes y toma el sentir del pueblo de Sinaloa.

    El segundo día de su estancia en Sinaloa, Alfonso Martínez Domínguez, lo dedicó a visitar a los priistas en Guasave, en un mitin efectuado por la mañana. Relatos del periodista Antonio Pineda Gutiérrez, dieron cuenta que fue un gran mitin al que concurrieron miles de priistas y durante la recepción de las comisiones de agrupaciones del PRI, solo se escuchaban los nombres de Miguel Leyson Pérez, Amado Estrada Rodríguez y Alfredo Valdes Montoya.

    Por la tarde se recibieron comisiones en la ciudad de Los Mochis. El discurso de bienvenida lo dio Alfonso G. Calderón, líder de la CTM. De nueva cuenta solo se escucharon tres nombres: Alfredo Valdes Montoya, Miguel Leyson Pérez y Amado Estrada Rodríguez. El presidente del CEN del PRI, veía en Sinaloa a un PRI unificado, sólido y en Mazatlán se le brindó la más calurosa de las recepciones, en el Paseo Olas Altas, donde el líder de la CNOP Ernesto Álvarez Nolasco pronunció el discurso de bienvenida. Las comisiones fueron recibidas en el CLUB Muralla y posteriormente, Sánchez Celis y Don Alfonso Martínez Domínguez, comieron en Casa de Gobierno, ubicada en el Paseo del Centenario.

    Al final se tomó la decisión y el Presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz se decidió por el precandidato menos sanchezcelista, que era Alfredo Valdés Montoya. Fue el Secretario de Gobernación, Luis Echeverría quien pasada la medianoche se comunicó con Leopoldo Sánchez Celis y le dio a conocer que el candidato del PRI al Gobierno de Sinaloa, sería “Economista y de Ahome”.

    Luego vinieron las asambleas sectoriales y finalmente la Convención Estatal Ordinaria, en donde el priismo sinaloense, declaró como su candidato al gobierno de Sinaloa, a Alfredo Valdés Montoya.

    Con una amplísima mayoría de votos, Alfredo Valdes Montoya, ganó la gubernatura y se aprestaba entonces a diseñar los planes de desarrollo para el estado. La ceremonia de toma de posesión se celebró el día 1 de enero de 1969, en el patio central del antiguo Palacio de Gobierno, ante la presencia del representante presidencial, el Secretario de la SARH, José Hernández Terán.

    El gabinete de la administración 1969-1974, estuvo integrado por el Lic. Francisco Rodolfo Álvarez Fárber, como Secretario General de Gobierno; Raúl Ibáñez Villegas como Tesorero; Francisco Irízar López, como Oficial mayor, Eduardo Niebla Álvarez, como Oficial Primero; Arturo Ignacio Cota Rivera, como Procurador General de Justicia, como Jefe de Prensa y Relaciones Públicas, el empresario José A. Lichter Salido. Manuel Puebla, como director de Desarrollo Económico, Antonio Zazueta Armenta como director de Educación, Raúl Ramírez Quintero, como director Administrativo de la Secretaría General de Gobierno y Rigoberto Elenes Bringas, como Secretario Particular.

    En el Poder Judicial, despacharon como magistrados en el Supremo Tribunal de Justicia, Alberto Sánchez González, Enrique Sánchez Riveros, Juan B. Vega Rodríguez, Juan M. Zambada, Juan Duarte López, Benjamín J. López y Saúl Aguilar Pico.

    La Legislatura del Congreso del Estado estuvo presidida en el primer trienio por el diputado Luis Alfonso Gastélum. Fueron compañeros de legislatura José Aréchiga Morales, Miguel Astorga Manjares, Jesús María Cervantes Atondo, Miguel Díaz Angulo, José María Figueroa Díaz, Adrián González García, Alberto González Vega, Jesús Osuna Urtusuástegui, Silvestre Pérez Lorenz, Aurelio Pimentel Durán Juan Tirado Osuna y Eduwiges Vega Padilla .

    En el segundo trienio la Gran Comisión de la Cámara de Diputados era presidida por el diputado Eleuterio Ríos Espinoza. Sus compañeros en la legislatura fueron: Jesús Álvarez Garzón, Erasmo Ulises Ávila Armenta, Armando Domínguez Thomas, Víctor Manuel Gandarilla Carrasco, Víctor Manuel Guerra Félix, Indalecio Montoya Sánchez, María Dolores Mundo Rivera, Manuel Osuna Félix, Tomás Romanillo Rodrigo, Alejandro Torrontegui Millán y Ricardo Urquijo Monterde y Jesús María Vázquez Rochín.

    En el primer año de gestión, Alfredo Valdés Montoya, desplegó una intensa actividad legislativa, sometiendo a consideración del Congreso un sin número de iniciativas, que le permitieron avanzar en la administración pública del estado, entre las que destacan las siguientes:

    Leyes que crearon el Consejo y la Dirección del Desarrollo Económico del Estado; Ley que crea los Comités de Caminos Vecinales en los Distritos de Riego; Decreto que autoriza al Ejecutivo a celebrar un convenio con el Gobierno Federal, para la creación de la Junta Estatal de Agua Potable y Alcantarillado; Ley de Fomento de la Vivienda de Interés Social; Ley que crea la Comisión Estatal de Vivienda de Interés Social, Ley de Planeación y Desarrollo de Centros Poblados del Estado de Sinaloa; Ley del Impuesto para el Desarrollo Urbano para la Ciudad de Culiacán; Reformas a la Ley General de Hacienda; Ley Orgánica de la Escuela de Tránsito; Decreto que reforma la ley del Notariado del Estado de Sinaloa.

    Los planes de Valdés Montoya para organizar el campo sinaloense, le hizo llevar una política para servir y hacer justicia al hombre de campo, entregándole la tierra repartible y organizándolo económicamente para que su esfuerzo fuese más productivo. La Comisión Agraria Mixta instauró 87 expedientes de tierras y preparó para 1970, 16: realizó 94 diligencias censales, 97 técnicos e informativos, ejecutó 53 deslindes y regularizó la tenencia de 80 mil hectáreas entregadas anteriormente. También entregó 217 mil 487 hectáreas al resolver 30 mandamientos dotatorios. Esencial en la política agraria de su gobierno, fue la organización económica del ejido y para ello continuó con las tareas del organismo “Desarrollo Agropecuario Ejidal de Sinaloa”.

    El ex precandidato al gobierno del estado, Miguel Leyson Pérez, había permanecido al frente del CDE del PRI, con la promesa de que en la elección federal de 1970, sería candidato del PRI a senador, como parte de un acuerdo que se dio junto con Leopoldo Sánchez Celis y Alfredo Valdés Montoya. Las circunstancias políticas cambiaron y don Miguel no llegó a la Senaduría, pues los candidatos del PRI fueron Gabriel Leyva Velásquez, apoyado por el Ejército y Alfonso G. Calderón, apoyado por Fidel Velázquez.

    Era delegado del CEN del PRI, el Dr. Buzzo Casamadrid, quien recibió instrucciones, para dar posesión del cargo de presidente del partido en Sinaloa, a Fortunato Álvarez Castro, quien tomó posesión del cargo, el 9 de mayo de 1970, llevando como Secretario General, a Jesús Manuel Viedas Ezquerra y como Secretario de Organización, a Engelberto Ezquerra Aragón.

    En julio se llevó a cabo la elección presidencial y resultó electo Luis Echeverría Álvarez. Pasada la elección, Fortunato Álvarez Castro, invitó a un grupo de jóvenes para integrarse a las tareas de partido, entre ellos, Roberto Zavala Echavarría, quien fue designado Oficial mayor del CDE del PRI; a Enrique Hubbard Urrea, como Secretario de Capacitación Política, a Roberto Soltero Acuña, como Secretario de Acción Electoral; a Max Hach Delgado, como Secretario de Finanzas, a Sergio Orozco Aceves, como Secretario de Prensa y Propaganda; a Santiago Gaxiola Clouthier, como Director de Servicios Administrativos. También se designó a Juan S. Millán, como Director de Fomento Deportivo, a Manuel Inzunza Sáenz, como director del CEPES en Sinaloa y a Víctor Estrada Cañedo, como Secretario Particular.

    Todos estos nombramientos fueron del conocimiento de Alfredo Valdés Montoya, quien se mostró complacido con la inclusión de jóvenes profesionistas, a las tareas en el CDE del PRI. Se trataba de una nueva generación de jóvenes políticos que con su talento e inteligencia, aportaron lo mejor de sus conocimientos, agregándole al viejo partido, lo novedoso en las actividades políticas.

    Así, fue designado Roberto Soltero Acuña, como Comisionado Propietario del PRI ante la Comisión Estatal Electoral, que presidía el Secretario General de Gobierno, Francisco Rodolfo Álvarez Fárber, quien junto con los demás comisionados de los partidos con presencia en Sinaloa, participaron en el proceso electoral de 1971, para la renovación del Congreso del Estado y los Ayuntamientos.

    Fue la voluntad política de Alfredo Valdés Montoya, quien llevó a Mario Arturo Huerta, como candidato del PRI en el puerto de Mazatlán, mientras que en Culiacán, disputaban la candidatura el propio presidente del partido, Fortunato Álvarez Castro y el exdelegado del IMSS en Sinaloa, Mariano Carlón López, decidiéndose finalmente por este último y fue registrado ante el Presidente de la Comisión Municipal de Culiacán, José Antonio Núñez Bedoya. En el caso de Los Mochis, fue designado como candidato del PRI, el empresario Nicanor Villarreal.

    La efervescencia política alcanzó a Manuel J. Clouthier. Maquío había sido presidente de la AARC y el gobernador lo había invitado a que participara en el campo de la política y para ello le propuso que aceptara la presidencia del CEPES en Sinaloa, cosa que finalmente no sucedió, pues Maquío quería ser el alcalde de la capital del estado.

    Era Delegado del CEN del PRI en Sinaloa, el senador Víctor Manzanilla Schaffer y entre ambos personajes había surgido una buena relación. Finalmente Manuel J. Clouthier, acompañado de su tío Jorge del Rincón y un numeroso grupo de simpatizantes, llegaron a pedirle audiencia al delegado, para pedirle considerara, la candidatura de Maquío a alcalde de la ciudad de Culiacán. En la Secretaría de Gobernación hubo oposición y aunque Mario Moya Palencia tenía simpatías por Fortunato Álvarez Castro, la determinación del gobernante acabó por imponerse, siendo el favorecido Mariano Carlón López.

    Los estudios y la planeación fueron elementos importantes durante la administración de Alfredo Valdés Montoya. Por ello se propuso llevar a cabo un Plan de Desarrollo Sinaloa 70-80. “ Para lograr una tasa global de incremento del Producto Interno Bruto del 10 por ciento anual, por crecimiento espontáneo e inducido de la economía, fue necesario aumentar la productividad en la planeación, fomento y promoción del desarrollo. Con este propósito en febrero de 1972 se realizó en la Ciudad de México, el evento Sinaloa 70-80 Desarrollo Integral”.

    Terminaba el rectorado de Rodolfo Monjaráz Buelna, quien había sido designado para cubrir la vacante generada en 1966, por la salida de Julio Ibarra Urrea. La UAS había enviado al Congreso del Estado, una iniciativa de una nueva Ley Orgánica, en la que “se propuso elevar  al Consejo Universitario como órgano de máxima autoridad en la vieja casa rosalina”.

    El tema de la Ley Orgánica dominaba los debates al seno de la universidad y para el 21 de febrero de 1970, la Junta de Gobierno designó como rector a Gonzalo Armienta Calderón, en medio de “un activismo reciente de la oposición a los enunciados legales de la Junta de Gobierno”.

    Para el mes de abril de 1972, los problemas de desórdenes seguían en la universidad y en el Congreso del Estado, se finiquitaban detalles para expedir una nueva Ley Orgánica de la UAS, cuyo dictamen fue elaborado con la participación del diputado Eleuterio Ríos Espinoza.

    Precisamente en la primera semana del 7 de abril, “la violencia se extendió por numerosas calles de la ciudad y al filo de las 12 horas, los antireeleccionistas llegaron hasta el Congreso y acabaron de destruir los enormes ventanales, lo que aprovecharon para lanzar bombas molotov que incendiaron el recinto legislativo”.

    “Los agentes de las Policías Judicial y Municipal en sus intentos por dispersar al grupo de atacantes fueron recibidos con violentos ataques de bombas molotov, piedras y hasta armas de fuego fueron disparadas, resultando golpeados varios agentes del orden”. En la refriega de proyectiles de ambos lados, resultaron muertos los jóvenes estudiantes Isabel Landeros y Juan de Dios Quiñónez. Ese mismo día, Gonzalo Armienta Calderón, presentó su renuncia ante la H. Junta de Gobierno.

    En el campo político, el gobernador Alfredo Valdés Montoya, realizaba adecuaciones al gabinete y habiendo reformado la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, se trajo de Los Mochis, al exalcalde Ernesto Ortegón Cervera, a quien designó como Secretario de Desarrollo Económico. Luego vendría la inauguración del flamante edificio del CDE del PRI, construido en lo que fue la sede de la antigua Casa del Pueblo.

    La idea de edificar un nuevo edificio fue planteada por Fortunato Álvarez Castro, la cual fue apoyada por el gobernador Alfredo Valdés Montoya. El diseño se le encargó a Jaime Sevilla Pollastro, siendo inaugurado el 18 de abril de 1973, por el gobernador Alfredo Valdes Montoya, siendo delegado del CEN del PRI, Armando Arteaga Santoyo. Hoy, el edificio lleva el nombre de Fortunato Álvarez Castro, a iniciativa del entonces presidente del partido, Jesús E. Hernández Chávez.

    Manuel J. Clouthier, después del mal sabor de boca que le había dejado la incursión en la pretendida alcaldía de Culiacán, incursionó en los organismos empresariales y formuló un proyecto periodístico que socializó con su tío Jorge del Rincón y el empresario Enrique Murillo Padilla, surgiendo así el 8 de septiembre de 1973, el periódico Noroeste, siendo su primer director Silvino Silva Lozano.

    Fue inaugurado por el gobernador Alfredo Valdés Montoya.  El periódico guardó en sus primeros años, una afinidad con el partido Acción Nacional y fue la plataforma política para enfrentar al poder político gobernante, siendo crítico, combativo y veraz. Tal identidad se desprende quizás se desprende de la filiación política evidente de Jorge del Rincón y de Enrique Murillo Padilla, mientras que en el caso de Manuel J. Clouthier todavía hasta 1983, declaraba que él “no tenía estómago para el PRI, ni hígado para el PAN”.

    El PLHINO, Plan Hidráulico del Noroeste, es parte de la revolución hidráulica que se trazó en México desde los años sesenta por el gobierno de Gustavo Díaz Ordáz, bajo la idea de aprovechar la abundancia de agua por derrames pluviales en el Sur y Sudeste del país, transfiriéndola a las regiones con vocación agrícola del Norte y Noroeste de México.

    El gobierno de Alfredo Valdés Montoya, no mostró simpatías por el proyecto, teniendo como consecuencia una etapa de relaciones frías durante los últimos años de la administración del presidente Díaz Ordáz.

    En la lectura del sexto informe de gobierno, el gobernador Valdes Montoya expresó, “No han sido el egoismo ni motivaciones inconfesables, sino la expresión de los más elevados intereses del estado y del país, los que han llevado a los sinaloenses a expresar con toda lealtad sus puntos de vista sobre la etapa denominada Plan de Acción Inmediata del Plan Hidráulico del Noroeste. Hemos apoyado todos nuestros planteamientos en las instrucciones dictadas por el señor Presidente Echeverría, reiteradas ante nosotros en varias ocasiones por el señor Secretario de Recursos Hidráulicos, en el sentido de que el proyecto de conducir agua de Sinaloa a Sonora no se realizará, si no existen excedentes y si con ello se perjudican tierras irrigadas o irrigables en la entidad”.

    Uno de los legados más apreciados por la administración de Alfredo valdes Montoya, fue sin duda la nueva estructura que le dio a la Tesorería y “esta se debe valorar desde que fue tesorero General del Estado, dado que en esa posición trazó una política fiscal y financiera que permitió desarrollar exitosamente la mayor parte de las acciones de gobierno. Su convicción de que para lograr un buen gobierno, era necesario modernizar la administración pública a la vez de integrar un equipo de colaboradores seleccionados con criterios de capacidad, prestigio y con un perfil alineado a la función de desarrollar, le permitió hacer una planeación y ejecución de novedosos y ambiciosos programas con resultados excelentes”.

    Producto de un manejo eficiente y escrupuloso del erario estatal, dejó una deuda de 183 millones de pesos, que representaba un porcentaje del 4% del presupuesto de egresos. Es de destacarse su permanente interés en orientar el recurso financiero principalmente a la inversión pública y reducir el gasto corriente. Impulsó la coordinación fiscal y administrativa en los tres niveles de gobierno.

    Al término de su gestión como gobernador de Sinaloa, Alfredo Valdés Montoya, dejó equipadas las ocho cabeceras municipales de los altos, las cuales se encontraban en su mayoría incomunicadas y con servicios precarios y las dejó con carreteras pavimentadas, servicios escolares completos, desde una escuela primaria hasta la preparatoria, según sus requerimientos, servicios de energía eléctrica y agua potable.

    Al final de la jornada sexenal, el estado de Sinaloa lograba un crecimiento del 7.5 por ciento y ello fue recordado por el gobernante, quien en su última comparecencia ante el Congreso del Estado, dejó entrever su insatisfacción por ese porcentaje.

    De cualquier manera el economista de Ahome, sentó las bases de una nueva administración pública, más organizada y sobre todo, dotó al estado de los elementos para continuar el desarrollo, en las actividades agropecuarias, pesqueras, comerciales y turísticas. Fue sin duda, un hombre con visión de futuro.

    Falleció a los 94 años de edad, un 14 de febrero de 2014. Se le rindió un homenaje en el patio central de Palacio de Gobierno, que fue encabezado por el gobernador del Estado Mario López Valdez.

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