Por más que se le busque “cuadrar” las cuentas, los científicos de la Secretaria de Hacienda no alcanzan en resolver la ecuación de gastar más de lo que recaudan sin tocar el tema de la deuda pública, por que nadie puede gastar más de lo que le ingresa, si no es, con dinero prestado, por eso el gobierno de la 4T de la presidenta Sheinbaum, no puede eludir el déficit financiero que tiene su gobierno y no le queda otra salida más que pedir prestado, máxime que los pronósticos económicos para 2025 no son muy halagüeños.
La deuda de todo el sexenio de AMLO se elevo, de 10 billones de pesos a 17 billones de pesos, que traducido a dólares, la deuda de AMLO llego a 850 mil millones de dólares que sumados los 110 mil millones de dólares de PEMEX y los 40 mil millones de dólares de CFE, estamos hablando de una deuda pública de un billón de dólares, casi todo el PIB de México de un año.
Y como el presupuesto para 2025 es deficiente, igual que el de 2024, ahora con un billón 580 mil millones de pesos, 71 mil millones de dólares que sumado al billón de dólares que alcanzo en el 2024, sumará un billón 70 mil millones de dólares, cuyo costo financiero será un “cuello de botella” para las finanzas públicas que provocarán inestabilidad permanente que puede llevar a una crisis económica mayor por incapacidad del gobierno de saldar sus compromisos presupuestales.
Tanto que se apuesta a una extracción de 1.9 millones de barriles de petróleo diarios, cuando en 2024 PEMEX extrajo en promedio 1.7 millones, lo mismo que CFE, cada vez es más deficitaria en producción y no hay visos de mejorar la distribución, la otra área que controla al cien por ciento. Por eso no fue casual los anuncios de descubrimiento de nuevos yacimientos, dos de ellos “gigantescos”, dicen, con la apertura al capital privado en exploración, como si ello pareciera más a un cuento para eliminar argumentos en contra del debate sobre el presupuesto, por que suena más a sueños de rescatar PEMEX como lo ha prometido y cada vez está peor con el fracaso de la refinería de “dos bocas”, que aún no produce nada después de dos años de inaugurada.
Pero también hacen cuentas alegres sobre el ingreso del IVA e ISR, impuestos que suman en ingresos 5 billones de pesos, presupuesto que pierde de vista la coyuntura que se esta dando entre los gobiernos del T-MEC donde México esta siendo acorralado por Canadá y Estados Unidos, lo que puede provocar repercusiones económicas en donde podría darse el incremento de aranceles a nuestras exportaciones a Estados Unidos, la misma crisis migratoria que se esta fraguando con la amenaza de regresar un millón de migrantes latinos a la frontera mexicana y en tercer lugar, si el empleo formal se cae como ya empieza a reportar INEGI y el consumo se debilita, el IVA y el ISR, no alcanzaran las expectativas de captación que se proponen la 4T.
Y como ya no hay mas fondos de cual echar mano por que se los agotaron en su “orgía” presupuestal del sexenio de AMLO, quedando solo las reservas internacionales del peso, las únicas medidas serán la austeridad, los recortes presupuestales, la reducción de programa y la pregunta que flota en el aire, ¿cuáles serán estos?
Ya no le queda de otra, además de la deuda que tienen, al gobierno de Claudia Sheinbaum, PEMEX y CFE, que llevar a cabo la autorización de créditos para impulsar sus proyectos por un monto de hasta de 2 billones de pesos tanto en deuda externa como deuda interna, por lo que la deuda pública del gobierno federal, llegara los 19 billones de pesos.
¿Qué tanto puede resistir una economía colgada del mecanismo de endeudarse permanentemente? Muy poco, por que es más “bola de nieve” si se sigue perdiendo productividad, competitividad y capacidad de invasión.
El panorama presenta varias pistas hacia problemas serios del país y lo peor es que todos se cruzan, que ojala y no se produzca un choque que desarticule al conjunto del país.