La política en México ha evolucionado muy lento a lo largo del tiempo hacia una sociedad democrática y un gobierno más abierto a los ciudadanos, complicando la mayoría de las veces los mensajes políticos y casi siempre, cobijándolos bajo una nube de misterio, que abre las puertas de par en par a las especulaciones, chismes y la politiquería, cuando las cosas en política, como todo en la vida, tienen un nombre que casi siempre se pretende eludir.
He aquí el caso de la campaña de Claudia Sheinbaum por fortalecer su partido MORENA y su precampaña con la incorporación de ex militantes y líderes del PRI, PAN y PRD, algo que debe ser lo más normal en un país democrático ejercer libremente sus intereses políticos y eso es lo que viene a hacer a Sinaloa ungir en MORENA a esos personajes quienes casi todos, pertenecen al grupo del PRI que encabezaran los exgobernadores Quirino Ordaz Coppel y Jesús Aguilar Padilla (DEP), quienes fueron los autores de la alianza del Sinaloa con MORENA desde el 2018.
No hay por qué denostar algo tan normal y que se incrusto en MORENA, para seguir haciendo lo que hacían en el PRI, porque no han sido líderes de transformaciones políticas ni movimientos de la sociedad, ellos van por las posiciones de gobierno y por las candidaturas en MORENA.
Ellos quieren ser parte del gobierno federal 2024 – 2030 y figurar en las próximas legislaturas, cabildo de Sinaloa y si se puede, también posiciones federales.
Por eso la líder estatal de MORENA, Merary Villegas, tiene que tener claro lo anterior, además que el único liderazgo de MORENA, y que es quien tiene la decisión, es el gobernador Rubén Rocha y si esos líderes y políticos ex´s, aceptaron la unción de Claudia Sheimbaum para ingresar a MORENA, es porque el gobernador ya tiene todo un plan electoral para el 2024 o por lo menos lo que él quiere, que tanto MORENA como los ex´s, van a jugar el rol que les asigne el gobernador.
Es una mentira para el autoengaño de la senadora Imelda Castro y la propia Merary Villegas, de que las candidaturas “serán de los morenistas” y casi agregar que por escalafón.
En MORENA las candidaturas serán las que palomee el gobernador junto con los grupos nacionales de MORENA y el propio AMLO, lo demás es parafernalia de un proceso. Para enmascarar los hechos.
Yo no sé qué tantos escenarios habrán visto que ya la candidata de MORENA en su periplo por el país como seguramente no lo fue Michoacán que lo recorrió el pasado domingo, un estado que está ardiendo con once grupos del crimen organizado en abierta confrontación y aquí en Sinaloa, aunque no es igual se parece.
Aquí late políticamente la extracción de Ovidio Guzmán, la crisis agrícola, que tiende a agudizarse, no solo por la obstrucción en la comercialización del maíz, sino también por la sequía en curso la ausencia de programas gubernamentales para el agro y la visión asistencialista de la 4T hacia el sector rural.
No se diga el campo de batalla en que el gobernador Rubén Rocha ha convertido Sinaloa, lo que paulatinamente le provoca un aislamiento social, político y que seguramente le repercutirá en lo electoral.
Rocha, como se dice coloquialmente, “no ha dejado títere con cabeza” cuando a todo lo que se mueve, aunque no sea contra él, le dispara y ya le falta menos, empezar a “tirar piedras al matorral” sin saber ya a quien va el golpe y que saldos tendrá.
Si así no atina a sumar y solo resta a su gobierno cada día que pasa, sino hay freno que lo detenga, probablemente mucho peor y entonces, ni con los ex de Sinaloa ungidos por MORENA, lo podrán sacar del barranco en el que está metido.