Comenta Pascal Beltrán del Río en su columna “Bitácora del Director” del periódico Excélsior, que “Las delegaciones del gobierno federal tienen su origen en las comandancias militares y las agencias del Ministerio Público que, desde antes de la Revolución Mexicana, hacían sentir el poder central en todos los rincones de la República.
También contribuyeron al actual esquema de delegaciones federales las que estableció el viejo partido de Estado, a modo de comisarías políticas, en los estados del país”.
Tradicionalmente, las delegaciones federales en los estados del país han cumplido distintas funciones y encomiendas; tal como en el deporte de la lucha libre, donde hay rudos y técnicos: los primeros, desde una posición estratégica, han tenido tareas políticas, de inteligencia, seguridad y negociación; los segundos, desde una posición programática-operativa, se les ha instruido funciones administrativas, de coordinación técnica y de gestión directa.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene en los Delegados de Programas Integrales (o “Superdelegados”) las figuras de autoridad clave que servirán de enlace con las entidades federativas, como parte de la estrategia de coordinación con estos órdenes de gobierno.
“Superdelegados” ha sido el mote de rechazo que les impuso a estos funcionarios la oposición al nuevo régimen político en México, como parte de una expresión que delataba el trasfondo de una ira no superada proveniente de las superderrotas producto del tsunami electoral nacional.
¿De dónde provienen, quiénes son y cuál es el encargo real que tendrán dichos Delegados? No existen respuestas rápidas a estas interrogantes, similares a las que, de acuerdo con la filosofía, desde tiempos ancestrales se ha hecho el ser humano.
Practicar cualquier respuesta al respecto, debe tener como marco de referencia la develación de algunos atributos que sirvieron de criterio para que hayan sido designados como Delegados; tal vez, se podría pensar, que su elección radicó en “información estratégica” sumada a rasgos de su hoja de vida en torno a principios y valores (cultura y compromiso político real), la misión (razón de ser en el campo de las fuerzas políticas y de cercanía con el Presidente) y la visión (lo que “el sistema” esperaría de ellos a futuro). Estos atributos son difíciles de descubrir o describir.
Con algunas pistas editoriales tratadas por Alejandra del Castillo y Nayeli Roldán, vertidas en Animal Político, me he dado a la tarea de construir la siguiente información; sin embargo, en defensa de la libertad de pensamiento, dejo a cada quien realizar las deducciones que considere más inteligentes.
Entre los atributos de los Delegados de Programas Integrales en mención, se tiene lo siguiente:
La perspectiva de equidad de género no se puede forzar. Del total de Delegados de Programas Integrales 24 son hombres y 8 mujeres.
No siempre se gana. Del total de candidaturas en las que buscaron cargos políticos los ahora Delegados de Programas, perdieron en el intento de ser Gobernador cuatro de ellos; tres como Presidente Municipal; dos como Diputado Federal; y, uno a la Asamblea del DF.
También se han movido donde el viento les ha sido más favorable; tiempos traen tiempos. Los Delegados de Programas son políticos con experiencia partidista, que se la han jugado por: MORENA el 65.8% (y no siempre); 15.8% por el PRD o PT; 13.2% por el PRI o por el PAN; y, 5.3% por Movimiento Ciudadano o Encuentro Social. Por otra parte, dos han sido aliancistas: uno por MORENA-Encuentro Social, otro por el PRD-PT-Movimiento Ciudadano.
Niveles hasta en el agua. Algunos Delegados de Programas han ostentado cargos desde encumbradas posiciones hasta las de menor rango jerárquico en la escala política; de esta manera, su expertise acumulada acusa que en distintos tiempos: uno ya fue Gobernador; siete fueron Senadores; 9 fungieron como Diputados Federales; tres han tenido experiencia en Diputaciones Locales; tres más en carácter de Presidentes Municipales; y, dos Regidores.
Se hace camino al andar. Entre los “ungidos” por el Presidente López Obrador como Delegados de Programas Integrales en las entidades federativas, se tiene que han ocupado cargos en la Administración Pública e Instituciones de Educación Superior: uno como funcionario federal; cuatro en los gobiernos estatales; tres en el gobierno municipal; tres más como funcionarios de la Ciudad de México; un rector; y, un académico.
A poner mí inteligencia emprendedora al servicio de la política, como siervo de la Nación. Se cuenta también con cuatro empresarios: uno con amplia trayectoria en negocios en los ramos inmobiliario y de medios de comunicación; otro es empresario de la industria farmacéutica; uno más, empresario de la construcción; finalmente, otro como productor agrícola.
De guías espirituales y ejemplo a seguir. Algunos Delegados de Programas Integrales también han asumido cargos partidistas en distintos institutos políticos del país. Así, su experiencia en liderazgos de partido acusa que: doce han sido presidentes o dirigentes estatales; tres fueron designados por sus partidos como delegados o enlaces del centro del país en algún estado; y, uno fue consejero nacional de un instituto político.
No todo ha sido miel sobre hojuelas. El intento inicial de integrar a los Delegados de Programas Integrales en las tareas de seguridad en los estados, generó un alto rechazo por parte del Gobernador de Jalisco, quien pidió respeto a la autonomía del Estado y a los principios básicos del pacto federal; de igual forma, unieron su voz de rechazo 12 gobernadores panistas. Esto llevó al Gobierno Federal a no incluir a dichos Delegados en este tipo de tareas.
Nuestra identidad está en la Secretaría de Bienestar. El pasado día 11 del mes de enero, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Acuerdo por el que se emiten los Lineamientos Generales para la coordinación e implementación de los Programas Integrales para el Desarrollo”. La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en su artículo 17 Ter, faculta a la Secretaría de Bienestar y a la Coordinación General de Programas para el Desarrollo para la emisión de estos Lineamientos que habrán de observar las Delegaciones de Programas para el Desarrollo de las entidades federativas.
Dichas Delegaciones tendrán a su cargo la coordinación e implementación de planes, programas y acciones para el desarrollo integral; atención ciudadana, la supervisión de los servicios y los programas a cargo de las dependencias y entidades, así como la supervisión de los programas que ejercen algún beneficio directo a la población.
El artículo 32 fracción XX de la citada Ley, establece que la Secretaría de Bienestar en conjunto con la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, coordinarán a las Delegaciones de Programas para el Desarrollo, así como la planeación, ejecución y evaluación de los planes, programas y acciones que desarrollen.
La moneda está en el aire. Hace apenas unos días que la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió a trámite una controversia contra la figura de los “superdelegados”, entre otras modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (LOAPF). Lo anterior, al considerarse que esta figura vulnera la soberanía de los estados. El Ministro Luis María Aguilar Morales otorgó quince días hábiles al Congreso de la Unión y al Ejecutivo Federal para su respuesta a las acciones de inconstitucionalidad que fueron promovidas por legisladores del Partido de la Revolución Democrática y de Movimiento Ciudadano. Ante ello, todos debemos estar atentos.