Benedicto XVI se encuentra gravemente enfermo por una infección de herpes zóster en la cara desde su regreso a Roma a finales de junio tras visitar en Ratisbona a su hermano, el arzobispo Georg Ratzinger, quien murió el pasado 1 de julio, informa el diario «Passauer Neue Presse» que cita al biógrafo del papa emérito.
Según el biógrafo Peter Seewald, quien el sábado pasado entregó a Joseph Ratzinger su biografía, el papa emérito, de 93 años, se encuentra en un estado extremadamente delicado, aunque en su encuentro se mostró optimista a pesar de su enfermedad, señala el diario.
Seewald explicó que Benedicto XVI razona y mantiene la memoria, aunque su voz prácticamente es imperceptible, y que el papa emérito declaró que si recupera fuerzas, posiblemente vuelva a escribir unas líneas.
Ratzinger ha expresado su deseo de reposar en la antigua tumba de su predecesor, el papa Juan Pablo II, en la cripta de San Pedro.
Seewald y Benedicto XVI han publicado conjuntamente cuatro libros de entrevistas con una tirada internacional de alrededor de tres millones de ejemplares.
Su hermano murió.
El hermano del papa emérito, que estaba gravemente enfermo, murió el pasado 1 de julio a los 96 años.
Benedicto XVI le visitó en Ratisbona del 18 al 22 de junio pasado, tras volar desde el Vaticano a Múnich acompañado de su secretario personal, un médico, una enfermera, una de las personas que lo cuida y el comandante adjunto del Cuerpo de Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Benedicto XVI ha vivido en un monasterio en la Ciudad del Vaticano prácticamente desde de su retiro. Elegido al papado en 2005 para suceder a Juan Pablo II, Joseph Ratzinger fue el primer pontífice en 600 años en renunciar al cargo. Describió al papa emérito como optimista, aunque físicamente muy frágil.